El Arzobispo remueve la curia con un cambio de sacerdotes en 139 parroquias

El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, ha vuelto a mover el banquillo sacerdotal asturiano. Sus numerosos nombramientos para 2015, que se hicieron públicos ayer, afectan a 35 sacerdotes y a 139 parroquias repartidas por todas las zonas de Asturias. Hay también seis destinos en la curia diocesana, entre ellos el nuevo delegado episcopal de pastoral penitenciaria, el jesuita José Antonio García Quintana.

Los cuatro nuevos sacerdotes ordenados el pasado 24 de mayo tienen por delante mucho trabajo y muchos kilómetros para recorrer. Al peruano Carlos Alberto Aldave, de 31 años, le adscriben un total de 17 parroquias del Suroccidente, con cabecera en la de San Andrés de Pola de Allande e incluyendo las de Berducedo, Lago y Valledor.

A Luis José Fernández Candanedo, de 25 años, le corresponden parroquias del arciprestazgo del Nalón, entre ellas las de Santa María de Pola de Laviana y San José de Barredos. Su nombramiento es como párroco "in solidum", un sistema de responsabilidad parroquial compartida con un párroco moderador, cargo que en este caso corresponde al actual delegado episcopal de patrimonio, Víctor Manuel Cedrón. Es el mismo caso que el párroco "in solidum" de Santa Eulalia de Luarca y de Barcia, Marcos Cuervo Martínez, con Jesús Emilio Menéndez como párroco moderador.

Otro recién llegado a las labores pastorales, el sacerdote argentino César Gustavo Acuña, de 33 años, tendrá a su cargo 16 parroquias del oriente asturiano, entre ellas las de Panes, Alevia, Alles, Buelles, Oceño y Llonín.

La carga laboral menos potente, pero también de mucho peso, se la lleva el asturiano Ángel Calleja Pastor, quizá en atención a sus 64 años. El nuevo sacerdote tendrá bajo su responsabilidad ocho parroquias del arciprestazgo del Caudal, entre ellas Collanzo y Casomera.

Cambia el párroco de Lastres, que a partir de ahora será César Ramón Borbolla, quien sustituye a Andrés Fernández Díaz, Defensor del Vínculo y nombrado por el Arzobispo vicario judicial adjunto, además de párroco de San Lázaro, La Manjoya y San Esteban de las Cruces, en Oviedo. De Cornellana, Arturo García Rodríguez); de Onís, José Antonio Alonso Artero, y de San Esteban de Pravia y Muros de Nalón, cargo que recae en Manuel Antonio Díaz González.

La parroquia de Santa María de Pravia tiene un nuevo párroco adscrito, Luis García Rodríguez, y el puesto de vicario parroquial de San Antonio de Infiesto recayó en Recaredo Buenaventura Engonga, al que le van a corresponder otras nueve parroquias de la zona (Coya, Espinaredo y Pintueles, entre otras). El nuevo párroco de Nuestra Señora del Carmen de Turón-San Andrés es José Rafael Menéndez Albuicet.

El actual delegado episcopal de catequesis, Juan José Llamedo, tendrá responsabilidades parroquiales en Olloniego y áreas limítrofes del concejo de Oviedo, incluyendo la parroquia de Santa María de Bendones, con su iglesia prerrománica. Otra joya del Prerrománico, el templo de San Salvador de Gobiendes, pasa a ser regido por el ya citado César Ramón Borbolla. Una parroquia emblemática asturiana, la de San Nicolás de Bari, en Avilés, tiene nuevo titular, Ceferino Díaz Martínez.

Con una dispersión dramática de parroquias, en buena medida despobladas, y un número muy reducido de sacerdotes, la única posibilidad que considera el Arzobispado es la de agrupar responsabilidades, en algunos casos hasta cerca de veinte parroquias para un solo cura.

El archivo diocesano tiene nuevos responsables. El encargado de los fondos vivos será Jesús Porfirio Álvarez, recuperado para la curia. El encargado adjunto del archivo será Ángel González Suárez. Los nombramientos no afectan al archivo histórico.

Luis Ricardo Fernández es desde ahora delegado episcopal de pastoral de salud, y Julián de Hoyos, delegado de pastoral universitaria.