Asegura el investigador en neurociencias João Malva (Coimbra, 1965) que "la televisión, como el tabaco, mata". Malva participa hoy en Oviedo en la reunión del grupo de trabajo Demografía y Envejecimiento de la Macrorregión del Sudoeste Europeo (RESOE). Cinco regiones (Asturias, Galicia, Castilla y León y el norte y el centro de Portugal), presentan los mayores niveles de envejecimiento de Europa. El problema no está tanto en el número de ancianos como en el escaso número de niños. Y en eso el Alentejo portugués no se diferencia mucho del Principado.

La geografía crea vínculos, pero la realidad socioeconómica más. Cuando João Malva, coordinador del consorcio Ageing@Coimbra, promotor de investigaciones sobre servicios relacionados con el envejecimiento, pinta el escenario en el que se mueve en su país, ese escenario parece calcado al de muchas regiones de España.

"El índice de natalidad es muy escaso porque la agenda política es muy corta. Es preciso mirar los problemas con una perspectiva mucho más amplia de lo que dura una legislatura. Hay pocos nacimientos y toda una generación de jóvenes muy bien formados que se marchan del país".

-¿Adónde se van?

-Al Reino Unido y a Alemania, pero también a los Estados Unidos y a Canadá. Hay mucho ingeniero que se marcha al Brasil.

Para Malva el norte de Portugal o Asturias son "auténticos laboratorios europeos" en materia de políticas en torno a la vejez, "zonas en las que todavía perviven muchas poblaciones pequeñas y aisladas", con unas pirámides de población "que ya no son pirámides, sino columnas" con una base estrecha que no soporta el "peso" de las franjas de edad que tiene encima.

La conclusión son sociedades "donde los mayores dependen de personas que también son mayores". Y frente a la baja natalidad y el éxodo de los jóvenes "urge dar respuestas rápidas al desafío" aun aceptando que el problema no tiene solución a corto plazo.

Coimbra es una de las 32 regiones europeas de referencia en materia de envejecimiento activo y saludable, pero João Malva considera que Asturias "es potencialmente un buen candidato". El investigador de la Facultad de Medicina en la Universidad de Coimbra parte de un presente inquietante: "hay zonas en Portugal donde el 23% de la población tiene más de 65 años", pero en las que el mayor problema se declina en futuro: "En el año 2060 las previsiones apuntan a que esa población por encima de los 65 años se acerque ya al 40%". Un desequilibrio demográfico atroz, con el agravante de la mala salud femenina. Ellas viven más pero con escasa calidad de vida en el último tramo vital.

Los ancianos generan mercado y trabajo "pero además del negocio es clave pensar en la persona, en sus necesidades sociales y su integración. Todos, también los ancianos, tenemos necesidad de hablar, de reír y de amar. Esas son las mejores medicinas porque si el cerebro no funciona, todo el cuerpo está comprometido".