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Asturama | Los rostros de la noticia

Los artesanos del Domingo de Ramos

El saturado mercado de las palmas en serie realizadas en Levante tiene algunas excepciones entre veteranos floristas que llevan meses tejiendo sus creaciones

La gijonesa Montse Puertas, con una de sus creaciones a medio hacer. JUAN PLAZA

"Se han reducido los encargos de flores como regalos a los padrinos pero la compra de palmas no, esa sigue al alza. Da igual que las familias sean religiosas o no. De hecho, calculo que de todas las palmas que vendo acaban benditas un cinco por ciento". La gijonesa Montserrat Puerta González regenta desde hace 22 años "Las flores de Montse" en Contrueces, y hace 18 que se introdujo en el mundo del trenzado de las palmas de Ramos. Su dedicación y contar con unas manos primorosas le ha llevado a ganarse prestigio en el sector; cada año sufre para ofrecer creaciones innovadoras y no escatima influencias para darle otro toque a un producto tan tradicional. Ella forma parte de un grupo cada vez más reducido de floristas en Asturias que sólo adquieren en Elche el "palmón" básico sobre el que trabajar. Es su forma de "diferenciarnos de un producto que se multiplica, con los mismos modelos repetidos, en fruterías, supermercados, quioscos... la competencia es tremenda", sostiene Montse Puerta.

En diciembre sus proveedores de Elche ya le recordaron la fecha del Domingo de Ramos y "dos meses antes de que llegue ese día pido que me suministren los palmones para tener tiempo para tejer", explica. Lo que le llegan son las grandes de palmas de 3,5 metros de donde va a salir "una pica que es lo clásico que se llevan los niños, y entre 4 y 6 palmas para tejer", además de algunos restos para otras ideas. Lo que sigue son casi 60 días dedicando noches, tardes y fines de semana haciendo pruebas y tejiendo, "sin poder recurrir a tutoriales de 'youtube' porque no los encuentro", y echando mucha imaginación para no repetir diseños y para buscar detalles que complementen y den idea de originalidad.

"Cada vez se quieren palmas más pequeñas; si antes las hacíamos de tres y cuatro pisos, para lucir en los balcones, ahora se quieren 'piquiñiñas' que no estorben por casa", reconoce. De ahí que a ella le diera por pensar en un modelo con ventosa para adornar el coche, o la palma con imanes para la nevera. "Lo difícil es encontrar en qué las apoyo o con qué las acompaño para hacerlas distintas a otras", admite Montse que calcula que este año lleva hechas 550 palmas para vender en su negocio, a un precio máximo de 12 euros la pica lisa de 1,5 metros o 10 euros la labrada de dos pisos, y otros muchos modelos más económicos.

Muchos más ramos comercializa la familia García desde el polígono de Las Peñas, en Grandas (Siero). De los dedos de Visi García salen unas 3.100 palmas, elaboradas de forma artesanal y distribuidas por centros comerciales y tiendas de toda la región. La tradición de tejer en Semana Santa la iniciaron sus padres Jaime García y María del Carmen Roza, y ahora es ella la que continúa la faena. "A estas alturas estamos vendiendo más que otros años. El buen tiempo y la festividad del Día del Padre está animando bastante el mercado", asegura García, mientras trabaja con sus manos uno de los emblemas del Domingo de Ramos. Cada año se reinventa y ahora hasta elabora palmas de colores y en miniatura. No obstante, al final las que más salen son las "de toda la vida".

Más de los mismo hace el lastrín Constantino Granda, en el oficio desde 2007 y con una veintena de clientes repartidos por toda Asturias, Cantabria y León. Él aprendió a tejer de otra floristera y le gustan tanto las palmas que le disgusta el fin de temporada. "Empiezo ya a mediados de diciembre. Esto ye como comer pipes", comenta divertido mientras trenza una de las palmas que lucirán en Asturias este domingo.

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