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Apuntes De Mecánica Política

A por las cuentas, aunque no salgan

El PSOE abrirá la negociación presupuestaria con Podemos e IU pese a las escasas posibilidades de alcanzar un acuerdo: el objetivo será señalar al culpable si se recurre otro año más a la prórroga

A por las cuentas, aunque no salgan

El debate de orientación política, llamado coloquialmente debate del estado de la región, discurrió por el guión que ya se anticipaba: una escenificación del aislamiento del Gobierno de Javier Fernández, a quien la izquierda le quiere pasar la factura de la abstención del PSOE que desbloqueó el mapa del Congreso para evitar otras elecciones permitiendo la investidura de Mariano Rajoy.

La dureza de algunos de los diálogos que pudieron verse en el Parlamento asturiano deja claro que las posibilidades de que los socialistas acuerden un Presupuesto con Podemos son prácticamente nulas. Y también resulta ya muy difícil para los socialistas volver a recibir el respaldo de una Izquierda Unida más preocupada por sus equilibrios internos y su relación con los podemistas que por las estrategias parlamentarias.

Pese a que Javier Fernández se defendió a diestro y siniestro de las saetas que recibía de todas partes su gestión, los socialistas no tiran la toalla. No es que aún conserven alguna esperanza de negociar las cuentas, sino que conviene mantener ese criterio tan empleado en política de que cada cosa ha de ir en su momento.

Así, el Gobierno tiene previsto abrir en los próximos días la negociación de las cuentas con Podemos e IU. El Ejecutivo de Javier Fernández asegura que irá en serio: nada de escenificar una imposibilidad ya anticipada. El objetivo será que quede en el tejado de las otras dos fuerzas de izquierdas la pelota del rechazo a las cuentas. "Javier Fernández ha dejado muy claro que quiere intentar pactar el Presupuesto y el PSOE tiene ahora urgencia por sacarlo adelante", aseguran dirigentes socialistas, que no dudan de que, sea cual sea el resultado de las negociaciones, "habrá un proyecto presentado en la Cámara a finales de diciembre".

En caso de no existir acuerdo, el escenario más probable es el de otra prórroga presupuestaria. Por mucho que la presidenta del PP, Mercedes Fernández, se esmerase en la Junta General en trasladar la idea de que el Partido Popular puede ser un aliado, tendiendo su brazo a cambio de una reducción del impuesto de sucesiones, los socialistas no quieren por ahora considerar esa opción. Bastante les cuesta tratar de quitarse el sambenito de haber sentado a Rajoy en la Moncloa como para dejar en bandeja el argumento de la derechización del PSOE para lo que queda de mandato.

Dos cuestiones empezarán a cobrar relevancia en las próximas semanas. Esta negociación presupuestaria se produce en unas condiciones distintas a la del año pasado, contaminada por la inminencia de unas elecciones generales. Ahora, teóricamente, no hay comicios en el horizonte al menos hasta mediados de 2019. Razón de más, sostienen los socialistas, para que Podemos e Izquierda Unida abandonen estrategias sustentadas en hipotéticos réditos electorales. "El año pasado, podría resultar hasta comprensible el juego que se trajo Podemos, reservándose para el último momento la decisión de presentar una enmienda a la totalidad", admiten en el PSOE, "pero los juegos no tienen sentido ahora".

La segunda cuestión serán los mensajes que se lanzarán desde distintos ámbitos (empresarial, sindical, los propios consejeros del Gobierno...) reclamando la aprobación de los Presupuestos y considerando una hipotética prórroga como una evidencia del fracaso negociador. Ya se han escuchado por boca de algunos consejeros las siempre forzadas relaciones entre acciones necesarias y la aprobación de las cuentas.

Antonio Pino, secretario general en Asturias de Comisiones Obreras, reclamó que IU, PSOE y Podemos acuerden unos Presupuestos de izquierdas. "No se deben mezclar, en términos tacticistas, los elementos de la política nacional con lo que necesitan los asturianos", advirtió Pino, quien consideró que otra prórroga sería "un desastre".

También el presidente de FADE, Pedro Luis Fernández, ha señalado que la pluralidad de partidos debe inducir a "gobernar con pactos". "Empeñarse en no pactar, por unos o por otros, no es inteligente y supone quedar anclados en el pasado", recalcó. La presión se redoblará.

La estrategia de rechazo de buenas a primeras de un posible acuerdo con el PSOE, mantenida por Podemos e IU, tiene su riesgo: el de acabar señalado como el que rompe la baraja. Claro está que esa posibilidad dependerá de la disposición real de los socialistas para efectuar concesiones.

Quizá sea Izquierda Unida la que más apuesta en esta batalla. El giro de su posición de respaldo al Ejecutivo (sobre el que la coalición advirtió varias veces y que el Gobierno regional desoyó) tiene como objetivo último propiciar un acercamiento a Podemos, aunque éstos ya han avisado de que no es ésa ahora su prioridad. En el debate sobre el estado de la región pudo verse cómo mientras Izquierda Unida apoyaba las propuestas de resolución de los podemistas en materia fiscal, los morados únicamente se abstuvieron ante las que formuló la coalición (quizás atendiendo a esa interpretación que Podemos quiere trasladar de que abstenerse es apoyar). Cierto es que el PSOE no respaldó ninguna de las presentadas por estos partidos.

Con este escenario, la posibilidad de que Asturias cuente con Presupuestos en 2017 es remota. Tal vez sea posible negociar en el Parlamento algún crédito extraordinario, como mucho. Con esta hipótesis lo que cada cual tratará de dejar claro, si el proyecto presupuestario es devuelto por la Cámara, es quién fue el culpable.

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