El Gordo de la lotería fue sólo gordo en Madrid. La capital se llevó a puñados el primer premio, el número 66513 (400.000 euros al décimo), vendido íntegramente en una administración del barrio de Acacias. Y a Asturias le tocaron caxigalines: premios repartidos y décimos sueltos de los grandes premios. Si cayó en el Principado algo del Gordo madrileño fue de manos de una güela y un guaje: Pepa Gadaña, millonaria por sorpresa a los 92 años y casada con un asturiano, y Javier López, hostelero conocido como "el guaje" natural de Grandas de Salime. Los dos sumaron 1,6 millones de euros, más dinero del que pudo arañar en grandes premios Asturias en el sorteo extraordinario de la Navidad.

Pepa Gadaña fue ayer la auténtica abuela de la lotería, la verdadera Carmina del anuncio: compartirá los décimos ganadores con sus dos hijas que residen en Asturias, una en Avilés y otra en Illas. Y también con sus otros dos hijos, uno de los cuales residen en Inglaterra y el otro en Madrid. Habrá también para nietos y bisnietos.

La fortuna que cayó directamente en el Principado fue escasa y repartida: un total de 1,5 millones entre décimos de un segundo premio, dos cuartos y tres quintos. Todos ellos se repartieron entre diez localidades. Gijón, Oviedo y Avilés fueron las más afortunadas. No hubo grandes brindis de sidra. El alborozo fue casi exclusivo de los loteros y quien tenía algo de fortuna celebraba hasta las pedreas.

En Madrid, los propietarios de la administración del Paseo de la Esperanza, Agustín Ramos y María José Rojo, rompieron a llorar cuando vieron que tenían entre sus manos el Gordo. Su establecimiento apenas llevaba abierto cuatro meses. "Primero vi la terminación en 13, luego me fijé en que llevaba un 6 y ya cuando comprobé el número completo... Sentí una alegría enorme", relató Ramos en medio del bullicio. El número 66513 fue cantado a las 11:57 horas por Nicol Valenzuela y Lorena Stefan, bautizadas como las "niñas de la suerte", ya que el año pasado también dieron el Gordo.

La emoción estallaba en el barrio madrileño de Acacias, y más concretamente en la residencia de mayores "Peñuelas". Allí llevaban jugando al 66513 desde hacía más de una década. También la güela Pepa Gadaña, que ayer se hizo millonaria a los 92 años. Con la alegría se saltó la dieta con un festín de cocido y brindis de cerveza. "No tenía nada para dejar a mi familia y ahora sí: la lotería", aseguró esta mujer, con cuatro hijos, seis nietos y nueve bisnietos con los que compartirá los 1,2 millones de la lotería.

"Casi desayuné el Gordo porque cuando tocó estaba dormida en un sillón. Oí unos gritos y pensé que se había caído alguna compañera. Pero cuando me dijeron que nos había tocado la lotería, todos empezamos a gritar: ¡Somos ricos!", exclamó. Pepa, que piensa incluso en casarse -"tengo muchos pretendientes", bromea-, es viuda de un ovetense "nacido en la calle Uría". Su dos hijas viven en Avilés e Illas y sus nietos celebrarán el trocito del Gordo madrileño que les trajo la abuela. "Todo va a ser para la familia. Yo me voy a quedar sin nada, sólo quiero estrenar un traje de chaqueta y pantalón moderno, aunque sólo sea para que me lo pongan en la caja". ¿Y qué hará la familia con tanto dinero?: "Todos trabajan, así que quiero que lo usen para divertirse. Mis hijos, mis nietos y mis bisnietos son muy alegres y ahora lo serán mucho más. La vida es muy corta aunque yo tenga 92 años".

La otra parte del Gordo con nota asturiana entró hasta la cocina del bar "El Guaje" de Madrid, que regenta desde hace seis años el asturiano Javier López. El hostelero, natural de Sanzo (Grandas de Salime), festejó con sidra asgaya su décimo. La fortuna llegó cuando estaba preparando el menú del día: fabada y rabo de toro. "Fue mi hermano Juanjo el que me avisó de que ya había salido el Gordo. 'Acaba en 13', me dijo. Yo sabía que lo tenía. 'Ya tengo 120 euros', pensé". Pero la alegría se multiplicó en cuestión de minutos. Los vecinos corrían y corrían hacia el cercano bar Alcázar, que dirige su amigo Manolo Quintana. "Intercambio lotería con Manolo todos los años. Así que miré el décimo y mi sorpresa fue ver que me tocaron 400.000 euros", cuenta, para añadir a continuación: "Bueno, 320 para mí y 80 para que se vayan a cenar Montoro y compañía".

Javier "el guaje", como es conocido en Madrid, tiene muy claro en qué va a gastar el dinero: "Lo dedicaré a pagar lo que se debe y el resto, que espere. Para todo no puede llegar". No obstante, tiene en mente dedicar una parte a arreglar la casa del pueblo (Sanzo), a la que va todos los años. "Me gusta la lotería. En Navidad me gasto más de lo que debería por compromisos pero esta vez mereció la pena", reconoció.

A diferencia del Gordo, el segundo premio (04536) viajó por casi toda España. La lluvia de millones fue especialmente intensa en Pinos Puente (Granda) y en Valencia. Por su parte, el tercer premio (78.748) cayó en su mayoría en la localidad navarra de San Andrés, mientras que los cuartos (07211 y 59444) regaron de dinero a Andorra (Teruel) y a Andújar (Jaén). Por último, los quintos tocaron, entre otras ciudades, en Cáceres, Madrid y Córdoba. Uno de los pueblos murcianos más dañados por el temporal, San Pedro del Pinatar, ganó en esta edición 1,5 millones de euros. A Asturias llegaron migajas.

De los 2.310 millones que repartió el Sorteo Extraordinario de la Navidad, en la región sólo tocaron 1,5 millones, con 59 décimos agraciados. Fueron varios premios -el segundo, dos cuartos y tres quintos- pero poco dinero. La localidad que más billetes se metió en el bolsillo fue Gijón: 599.000 euros del segundo premio, de un cuarto y de tres quintos. Le siguen Oviedo (325.000) y Avilés (222.000). El resto de localidades agraciadas con algún décimo fueron Villaviciosa, Castrillón, Grado, Corvera, Nava, Pola de Siero y Taramundi.

La suerte llegó primero a la administración número 9 de Avilés, situada en la calle Fernández Balsera, y de ahí fue salpicando la geografía asturiana con un reparto de premios que supo a muy poco. En el concejo de Villaviciosa, donde se rodó parte del anuncio de este año de la Lotería de Navidad, también hubo que celebrar la fortuna de tres camareros que destinaron a un décimo el bote de las propinas. Tazones, la localidad que más metraje protagonizó del "spot" se quedó con pedreas. Y es que la abuela de la lotería ya no estaba allí: estaba en Madrid, con la cara iluminada a sus 92 años.