Decenas de familiares, amigos, vecinos y cazadores despidieron ayer en la localidad allerana de Casomera a Fidel Megido, el joven de 31 años que fallecía el pasado sábado en una cacería en Quirós tras ser alcanzado por una bala perdida de un compañero. La ceremonia, que se celebró en la iglesia parroquial de San Román, se celebró bajo un sobrecogedor silencio de respeto, roto solamente por los llantos de sus seres más queridos. Los restos mortales del joven recibieron sepultura en el cementerio municipal.

Pasadas las doce del mediodía salía del tanatorio de Moreda el féretro del joven seguido por una comitiva de más de una veintena de vehículos. Era el último viaje de Fidel Megido hacia Casomera, donde vivía con sus padres. La localidad allerana estaba repleta de vecinos, que esperaban por la comitiva en el más estricto silencio. No cabía ni un coche más en las aceras y las calles del pueblo, y el entorno de la iglesia parroquial estaba lleno de gente. "Era un chaval de lo mejor", comentaban algunos vecinos en corrillos.

En cuanto la funeraria aparcó al lado de la iglesia, el silencio fue desgarrador. Diez minutos en los que los vecinos y amigos de Fidel Megido le mostraron a él y a su familia el máximo respeto y cariño. Rostros anegados en lágrimas. Gestos de rabia y dolor. Suspiros. Pero todo en el más profundo de los silencios. Hasta que sus familiares y amigos portaron el féretro al interior del templo.

La iglesia parroquial de Casomera no podía acoger a nadie más. Decenas de personas se quedaron fuera también esperando a que finalizase el oficio religioso para acompañar el féretro al cementerio de la localidad, donde los restos de Fidel Megido recibieron cristiana sepultura.

Por otra parte, la Guardia Civil sigue investigando las causas del accidente. El joven, un experimentado cazador, fallecía en la zona de Villaorille, en el concejo de Quirós, cuando participaba en una cacería junto a su cuadrilla. Los primeros indicios, y sobre los que trabajan los agentes para esclarecer el caso, apuntan a que una bala disparada por otro compañero rebotó en un árbol o una piedra, cambiando la trayectoria del proyectil, que impactó en el pecho de Fidel Megido, causándole la muerte de forma instantánea. Una teoría que avalan los cazadores consultados por este diario, que ven factible que el suceso se diera en esas circunstancias. "La siniestralidad en la caza es baja, pero los accidentes pueden ser muy graves", señalaron.