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Asturias rebaja de 130 a 120 el cociente intelectual para calificar la alta capacidad

Los expertos piden que la detección no sea sólo cuestión escolar

Niños en un aula.

Más de novecientos niños en Asturias están diagnosticados oficialmente como alumnos con altas capacidades. El baremo, respecto al cociente intelectual, que es uno de los ítems que se analizan para el diagnóstico de estos alumnos se ha rebajado en diez puntos, pasando de los 130 que antes marcaba la Organización Mundial de la Salud para considerar a un niño superdotado, hasta los 120 que se manejan ahora.

Pero hay matices. Lo explica Cristina López Escribano, miembro del equipo regional de orientación en Asturias y experta de la Unidad de Altas Capacidades. "No se trata de que ahora los niños sean más listos, sino que ahora tenemos más en cuenta la realidad en las aulas, estamos más pendientes". Además hay que diferenciar tres rangos dentro de los niños con altas capacidades. En la parte alta de la pirámide se sitúan los superdotados, que sí suelen superar el cociente intelectual de 130; la segunda tipología son los talentos simples, niños que demuestran una capacidad sobresaliente en algunos campos como pueden ser el talento verbal, el matemático o el tecnológico. La tercera categoría son los talentos complejos, "esos niños de sobresaliente en todo que a veces pueden fallar un poco en Educación Física pero que con un poco más de esfuerzo y constancia se sitúan cerca de la superdotación", explica López Escribano.

Desde la asociación APADAC, (Asociación de Padres de Alumnos con Altas Capacidades), su presidente, Jorge del Castillo, explica que "cuando se hace un informe de un niño con altas capacidades influyen muchas cosas, como si el niño tiene un buen día". Del Castillo cree que la cuestión de las altas capacidades debería salir del ámbito meramente escolar, "ya que hay muchas personas sin diagnosticar que ya no se están formando". José Luis Pérez, orientador del centro Ayalga que trabaja en colaboración con APADAC en el diagnóstico y seguimiento de estos niños, explica que "hay niños que son diagnosticados por un psicólogo clínico y no lo están en el centro escolar. Las altas capacidades no son una cuestión meramente escolar, influyen otros factores como la creatividad, la adaptación al ambiente, la personalidad. No podemos centrarnos sólo en el cociente intelectual", matiza el experto.

Los niños con altas capacidades aprenden "de forma diferente" y no hay un criterio uniforme para diagnosticarlos, cada comunidad hace sus exámenes adaptándolos a las características personales de cada alumno. Es por ello que un niño puede estar diagnosticado como alumnos con altas capacidades en una comunidad autónoma y no estarlo en otra.

Explica López Escribano que en el Principado "se lleva muchos años trabajando en este campo, pero hay comunidades que todavía están empezando".

En Asturias se trabaja con las familias y desde los centros escolares para intentar pautar a padres y a docentes sobre cómo actuar con estos alumnos, que pueden terminar frustrados en caso de que no se adapten los currículum a sus capacidades. "Nuestro objetivo primordial ahora es la formación de los docentes y la colaboración estrecha entre familias y escuelas. El personal docente cada vez está más formado e informado sobre las altas capacidades en todos los colegios de Asturias", concreta López Escribano.

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