Volar con Vueling desde o hacia Asturias fue ayer un problema para decenas de pasajeros que sufrieron las consecuencias de una cadena de retrasos e incidencias que prolongan las registradas la semana pasada y que afectaron sucesivamente, entre el domingo y ayer, a los enlaces operados por la compañía con París, Palma de Mallorca y Barcelona, pero entre los que fuentes de la aerolínea no establecen conexiones. Prácticamente todos los problemas de este tipo registrados en el aeropuerto de Asturias.

Ayer, los pasajeros del vuelo matinal a París salieron a las 14:10 en lugar de a las 9:25, según la compañía por un problema con el cambio de rotación de aviones que demoró la llegada de la aeronave al aeropuerto. Como consecuencia, los que deberían haber vuelto de la capital francesa a primera hora de la mañana aterrizaron en Santiago del Monte pasadas las seis de la tarde, más de nueve horas después de lo previsto. A los viajeros, a los que se facilitó la espera en un hotel próximo al aeropuerto Charles De Gaulle, sólo les hablaron de una "incidencia técnica".

Los que deberían haber salido de Asturias hacia Palma de Mallorca a las tres y cuarto de la tarde coincidieron en la indignación y casi en el tiempo con los que venían de París. La partida del vuelo a Palma se demoró casi tres horas, hasta después de las seis, y entre medias el pasaje estuvo más de hora y media dentro del avión detenido en el aeropuerto, "sin agua y pasando calor", denuncia Josefina Álvarez, que a causa del retraso perdió el enlace a Düsseldorf que tendría que haber tomado en Mallorca. Al cabo de ese tiempo, el pasaje desembarcó, volvió a embarcar y el vuelo de las tres y cuarto despegó en torno a las seis y media. Según la compañía, en el proceso de revisión del aparato previo al despegue se descubrió "un objeto no identificado" y fue el análisis de la anomalía lo que retrasó la salida del vuelo. En la comunicación del piloto a los pasajeros se escuchó que Iberia, empresa que presta a Vueling los servicios de mantenimiento, "llamó a la persona equivocada" para resolver la incidencia. También el enlace de vuelta entre Palma y Asturias acumuló cerca de tres horas de retraso y las dificultades y las demoras afectaron asimismo al último vuelo del día a Barcelona, que tenía la partida prevista con cuatro horas de retraso.

Los problemas y las demoras de estos vuelos suceden en el tiempo al del domingo por la mañana a Barcelona, cuyos pasajeros hubieron de ser trasladados en autobús hasta Bilbao y reubicados en vuelos que les hicieron llegar a su destino con entre ocho y nueve horas de retraso. Una avería obligó en este caso a cancelar vuelo como parte de una serie de desdichas que desde la aerolínea se consideran "aisladas". Algunos pasajeros, no obstante, acogieron con escepticismo las explicaciones de la compañía, que negocia con sus trabajadores después de la huelga de pilotos que también ocasionó problemas en los vuelos con Asturias durante los últimos días de abril y los primeros de mayo.