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Covadonga atilda su museo para los Reyes

El director del Museo de Covadonga, Javier Remis, muestra a unas visitantes la pintura de Favila de la serie de los Reyes de Asturias. CRISTINA CORTE

Diecisiete pinturas, dos esculturas, dos coronas y una exposición de fotografías. Es lo que verán el 8 de septiembre en el Museo de Covadonga los Reyes de España, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, durante su visita al santuario con motivo de la triple celebración de este año: primer centenario de la coronación de la Santina y del parque nacional y decimotercero de los orígenes del Reino de Asturias.

En la planta baja del museo, los Reyes y sus hijas podrán admirar las 17 pinturas de la serie cronológica de los Reyes de España, que pertenecen al Museo Nacional del Prado y permanecen en depósito en el santuario desde 1884. Son doce reyes y dos reinas de Asturias, y tres de León. Forman parte de la colección encargada por Isabel II en 1847 a José Madrazo, con el propósito de legitimar su debilitada figura mediante la creación de una galería de retratos de soberanos hispanos que, iniciada en la época visigoda, mostraba la continuidad de la monarquía hasta el siglo XIX. Fue pensada para el Museo del Prado, a semejanza de la iconoteca de los Reyes de Francia del palacio de Versalles, pero nunca llegó a exponerse en el centro cultural madrileño, dispersándose en diferentes depósitos.

Durante muchos años la mayor parte de las pinturas de los reyes asturianos permanecieron en el Gran Hotel Pelayo, donde se fueron deteriorando. Por ello, en 2004 se aprobó un proyecto de restauración bajo la supervisión del Prado, que afectó a los cuadros de Favila, Alfonso I, Ordoño I y Fruela II. En los últimos meses se han restaurado otras doce pinturas (todas las demás, excepto la de Don Pelayo) con fondos del Principado.

Entre las 17 obras destacan las debidas a Luis de Madrazo, Eduardo Cano y Léon-Joseph Bonnat. Los Reyes y sus hijas podrán ver asimismo en la planta baja del Museo dos esculturas, las de Pelayo y Alfonso I, y las coronas de la Virgen y el Niño, elaboradas por el artista orfebre y sacerdote lenense Félix Granda Buylla, con ocasión del duodécimo centenario de la batalla de Covadonga y de la coronación canónica de la Virgen, en el 8 de septiembre de 1918, a la que asistió el rey Alfonso XIII, bisabuelo del actual monarca. Están compuestas de metales nobles y decoración de piedras preciosas. Según los expertos, son coronas de inspiración medieval e historicista pero con sentido estético renovador.

La corona de la Virgen es de espectacular riqueza tanto por sus materiales como por su forma. El nimbo circular está confeccionado con numerosos resplandores cuajados de piedras preciosas, del cual pende la paloma del Espíritu Santo. En el aro recorre una banda de esmalte azul con una oración: "Sancta Maria de Covadonga Mater Dei ora pro nobis ut digni efficiamur promissionisbus Jesu Christi" (Santa María de Covadonga, madre de Dios, ruega por nosotros para que nos hagamos dignos de las promesas de Jesucristo). La corona del Niño, compuesta con sus imperiales, es también muy rica, decorada con cruces patadas y flores de lis.

En la primera planta los Reyes y sus hijas podrán ver la exposición fotográfica "Covadonga real y mística", de Fernando Manso.

Mientras, las autoridades religiosas asturianas han encargado a la joyería ovetense Quirós las piezas que regalarán a las hijas de los Reyes el 8 de septiembre. Serán dos medallas, como adelantó LA NUEVA ESPAÑA en su edición de ayer, con la imagen de la Santina, idénticas, para la Princesa y la Infanta, y una insignia de la Cruz de la Victoria similar a la que en el año 1977 se entregó, también en Covadonga, al actual monarca, Felipe VI, por su condición de Príncipe de Asturias. La diseñadora de la joyería que prepara las piezas, Pilar Quirós, conoció a la reina Sofía hace 22 años, en Madrid, y mantiene con ella una excelente relación desde entonces.

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