El peor verano de los últimos años en las carreteras asturianas ha convertido este 2018 en un año negro. Con los cinco fallecidos del accidente de ayer en Avilés, ya son 18 las víctimas mortales que han registrado las vías de la región desde el pasado 15 de junio. En total, son 26 los fallecidos en las carreteras interurbanas en lo que va de año, frente a los 19 registrados en las mismas fechas del año pasado.

En las carreteras asturianas, los últimos tres meses han sido de pesadilla. El mes de junio, el peor de lo que va de año, estuvo marcado por la tragedia. El día 15, tres jóvenes trabajadores de una taller mecánico de San Tirso de Abres perdieron la vida en un brutal choque contra un camión. Ese mismo día moría un motorista británico al chocar con un coche el Tineo, y pocos días después, la joven Celia García perdía la vida al chocar contra un matrimonio de jubilados en Cangas de Onís. Y el 24 de junio perdía la vida un joven de Grado, Abel G. R., en un brutal choque en Candamo. En apenas diez días, siete personas habían perdido la vida en las carreteras asturianas.

El goteo de fallecidos continuaría en julio y agosto. Antes del siniestro de Avilés, el accidente más brutal era el que se había registrado el 14 de julio, cuando los jóvenes Sergio Menéndez, de 20 años, y Tania Fernández, de 21, perdían la vida en el corredor del Narcea, a la altura de San Pedro de Corias, cuando acudían a Cangas del Narcea en la víspera del día grande de las fiestas del Carmen, en las que se celebra la famosa "Descarga".

Los automovilistas achacan la acumulación de fallecidos en tan poco tiempo a una coincidencia de factores, como el mal estado de mantenimiento de las carreteras, el envejecimiento del parque automovilístico o el mayor movimiento de vehículos.

Dos semanas atrás, Mario Arnaldo, presidente de la Automovilistas Europeos Asociados, señalaba en declaraciones a este periódico que la circulación se ha incrementado este año, al menos en las autopistas y autovías, en un cinco por ciento respecto a años anteriores, lo que incrementa las posibilidades de accidente. Pero la asociación insiste en que la falta de inversiones es un factor determinante para entender este incremento de la siniestralidad ya que el mantenimiento de las vías no es el más adecuado, como también el envejecimiento del parque móvil. La influencia del alcohol y las drogas es otro factor clave.