La cirugía maxilofacial está experimentando un despegue imparable. Aunque aún es muy desconocida para el gran público, se trata de una de las especialidades que ha experimentado mayores avances en los últimos años. Inmersa en la era tecnológica y con grandes sinergias con otras disciplinas tanto médicas como las ingenierías o el desarrollo de nuevos biomateriales, está viviendo un gran momento. Así lo asegura el Dr. Pablo Rosado, doctor por la Universidad de Oviedo y especialista en esta disciplina, además de director de la Unidad de Cirugía Maxilofacial del Hospital Begoña.

- ¿Cuándo se debe acudir a un cirujano maxilofacial?

-La cirugía maxilofacial es una especialidad muy variada, que se ocupa del tratamiento de las patologías que se desarrollan en un territorio concreto: la boca, la cara con todas sus estructuras -incluyendo piel, órbitas oculares, nariz, pómulos o mentón- y el cuello. En ellas pueden ocurrir múltiples síntomas que nos hagan sospechar un problema.

- ¿Qué formación tiene un especialista en esta materia?

-La especialidad se realiza después de cursar seis años de medicina y uno de preparación del examen MIR. Durante cinco años, tras pasar por varios departamentos relacionados y haberse formado con miles de intervenciones bajo tutela progresiva se obtiene el título oficial. Además, muchos especialistas complementan su formación con el grado en Odontología y la tesis doctoral.

- ¿Cuáles son las patologías más frecuentes que tratan?

-Dentro de la cirugía oral, las más frecuentes son las extracciones de las muelas del juicio y todas las relacionadas con la implantología. Sin duda, los implantes dentales constituyen una gran alternativa a la pérdida de dientes, pero en ocasiones presentan dificultad en su colocación por falta de hueso y malas condiciones del paciente que exigen las más alta preparación por parte del profesional que los va a colocar.

- ¿Qué patologías revisten mayor gravedad?

-Sin duda, todos los cánceres que afectan a la boca o la cara pueden tener consecuencias fatales. Afortunadamente, a día de hoy cada vez estamos más concienciados en cuanto a su prevención y las modernas técnicas han conseguido resultados muy esperanzadores en cuanto a su pronóstico. Los traumatismos faciales, especialmente en accidentes de tráfico, aunque han disminuido en incidencia, constituyen también situaciones de urgencia que deben ser evaluadas y tratadas adecuadamente.

- ¿Se trata de patologías donde se combina por tanto la función y la estética?

-Efectivamente, no sólo nos ocupamos de intentar sanar determinadas lesiones, sino de devolver al paciente el mejor aspecto posible. Para ello, tratamos las secuelas o alteraciones estéticas a varios niveles, como los párpados, la nariz o las orejas. En los últimos años disponemos además de modernas tecnologías, como los últimos láser, que nos permiten mejorar y refinar las técnicas clásicas.

- ¿Qué avances ha experimentado esta disciplina en los últimos tiempos?

-Los avances han ocurrido y están ocurriendo a varios niveles: técnicas reconstructivas con autotrasplantes, donde utilizamos tejidos del propio paciente para devolverle el aspecto y la función inicial tras sufrir, por ejemplo, un tumor o un trauma. También la ingeniería de tejidos que permite cultivar células in vitro y fabricar hueso o piel es ya una realidad. La sinergia con el campo de la ingeniería con nuevos biomateriales o el uso de técnicas de imagen e impresión 3D son realmente espectaculares. Y, sin duda, constituye un futuro prometedor el estudio de la biología molecular de los tumores que permitirá en el futuro desarrollar terapias individualizadas para cada tumor y paciente. En el campo de la estética, destacaría la terapia fotónica láser y la mejora de las técnicas tanto quirúrgicas como médicas, realizando procedimientos cada vez menos molestos para el paciente y que permiten grandes resultados y rápidas incorporaciones a la vida normal.