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PEDRO HORRACH ARROM | Abogado y exfiscal anticorrupción en Palma de Mallorca

"En España hay una adicción a las teorías confabulatorias, aunque sean absurdas"

"Para atajar la corrupción se necesitan mayores controles y agilidad en la respuesta, pero también una labor importante de prevención y educación"

El exfiscal anticorrupción Pedro Horrach, ayer, en el hotel Begoña Park de Gijón tras su intervención en la jornada de la CEP. MIKI LÓPEZ

El curso sobre delincuencia económica y corrupción organizado ayer por la Confederación Española de Policía (CEP) contó con la presencia del ex fiscal anticorrupción Pedro Horrach Arrom (Sa Pobla, Mallorca, 1966), que investigó el "caso Nóos", en el que se condenó a Iñaki Urdangarín. Un proceso judicial tras el que Horrach abandonó su cargo en Palma de Mallorca para ejercer la abogacía.

- Hay un libro que dice que es usted el fiscal que puso en jaque a la corrupción en España. ¿Es cierto?

-(Risas) Fue una época muy intensa y estoy orgulloso de haberla pasado. He desarrollado más de cincuenta operaciones anticorrupción y espero que haya servido de algo.

- ¿España es un país corrupto?

-No en especial. Lo que se necesita en España para minimizar o atajar las situaciones de corrupción son mayores controles y una mayor agilidad en la respuesta, así como una labor importante de prevención y educación. En ese sentido algo se ha hecho.

- Hacía años que la sociedad sabía de los excesos que cometían los políticos. ¿Se cambió el chip de la noche a la mañana?

-Llevamos 40 años de democracia y en ese sentido las instituciones son fuertes. Es necesario transmitir un mensaje de confianza. Algo se ha hecho bien, porque se ha actuado contra la corrupción. Por qué se llegó a esta situación, sinceramente no lo sé.

- ¿Quizás influyó la crisis económica?

-Quizás influyó la crisis económica.

- ¿Ha servido de algo destapar esos casos de corrupción?

-Ha sido positivo sacarlos a la luz, pero más positivo ha sido la conjunción entre medios de comunicación y las actuaciones de Fiscalía y judiciales. Coadyuvaron todos a dotar de mayor transparencia a las instituciones públicas. Fueron temas que se convirtieron en portada de periódicos y provocaron una mayor sensibilización social respecto a esta lacra. Siempre que esto tenga como consecuencia una mayor transparencia, es positivo.

- ¿Presionaron los medios de comunicación?

-Desde el momento en el que salen a la luz todos estos casos, la prensa tuvo una labor vital en el hecho de transparentar y crear una sensibilización con este problema. A la vez que tenían esa importante labor, es obvio, se trasladaba el debate jurídico a un debate mediático, y en ese sentido no era positivo.

- ¿Por qué?

-Los medios tienen infinitas posibilidades de condicionar la opinión pública. Se estableció un prejuicio adelantado antes de que se dictase la sentencia correspondiente que implicó que los efectos reputacionales para las personas imputadas fueran graves.

- ¿Se concienció sobre la corrupción a costa de despreciar la presunción de inocencia?

-Así es. Todos los casos eran objeto de debates en medios de comunicación, artículos en prensa escrita? No sólo con datos objetivos, también con opiniones continuas sobre esos temas. La presunción de inocencia saltaba por los aires.

- ¿Antes de la sentencia del "caso Nóos" la Infanta Cristina ya había sido condenada?

-Había una condena social. Luego llegó una absolución judicial. En ese caso concreto hubo un debate ético en los medios que se pretendía introducir en el ámbito jurídico, y ahí no puede haber valoraciones morales ni éticas. En el ámbito jurídico lo que importa es si se han producido unos hechos y si éstos tienen consecuencias penales. Nada más.

- ¿Sufrió presiones durante la investigación?

-Ya no sé cómo decirlo. La Fiscalía da directrices generales, pero no instrucciones particulares. No estamos aquí para ocultar a nada ni a nadie. Me entra la risa cuando se habla de reuniones secretas en la Zarzuela.

- ¿España es país de teorías confabulatorias?

-Las teorías confabulatorias son las que mejor venden, más morbo causan y más enganchan a nivel mediático. Es muy difícil luchar contra ellas cuando ya se ha instalado que hay una confabulación entre poderes del Estado para defender a una persona. Ahora bien, son fácilmente desmontables si se presta un poco de atención. El "caso Palma Arena", del que deriva el "caso Nóos", es una investigación abierta por la Fiscalía. Por nadie más. Que quien abre la investigación luego sea acusado de querer torpedearla me parece contradictorio. Absurdo. Pero sí, hay una adicción a las teorías confabulatorias, aunque la mayoría, por no decir todas, no tienen ni pies ni cabeza.

- ¿Fue dura la labor?

-Fue intenso y duro. Cuando te llaman perro del Gobierno o perro de la Monarquía durante mucho tiempo, afecta porque nadie puede abstraerse del contexto en el que vive. Al final los tribunales me dieron la razón en este sentido, aunque nadie compensa los años de injurias y calumnias.

- ¿Por qué sigue la creencia de que los poderosos no van a la cárcel?

-Es cierto, es una idea generalizada, pero en los últimos años se ha demostrado que no sólo los robagallinas van a prisión.

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