Las declaraciones de Mercedes Fernández, presidenta del PP, advirtiendo de que no caben "experimentos" en la candidatura asturiana de los populares ha agitado la ya bullente olla popular. El mensaje de la líderesa asturiana parece un claro dardo hacia la dirección nacional, en medio de un sinfín de rumores con ingredientes variados: desde el acercamiento de Foro a Casado por la vía intermedia de Aznar, la convulsión en la derecha por la irrupción de Vox, o los chismorreos sobre posibles relevos de Fernández como candidata.
En menos de un mes, los populares asturianos deberán despejar su candidatura autonómica al tiempo que crece la sospecha en el PP de que Casado utilizará el comodín de moldear a su gusto la lista regional como ya hizo en Andalucía. Pero nada hay que permita pronosticar, al margen del hervor en el partido, que Mercedes Fernández no sea la candidata: otra cosa será qué lectura se hace luego en función del resultado.
La variable de la coalición con Foro cobra fuerza ante el pronóstico de una fuga de votantes foristas hacia Vox, partido que podría contar con un peso significativo en Oviedo, o incluso en Avilés si atrae a los tres concejales en activo que abandonaron el PP y que ahora se encuentran bajo el paraguas de las siglas UCIN. Pero lo cierto es que los foristas han descartado hasta el momento de manera oficial cualquier acercamiento preelectoral al PP.
En cualquier caso, el centro-derecha asturiano continúa siendo un magma inestable e impredecible. Recuerden aquella máxima de que la política hace extraños compañeros de cama. Incluso hay quien se cae de ella por sorpresa.
