El temporal sigue haciendo mella en la comarca oriental en forma de argayos y riadas. Uno de los lugares que más problemas ha registrado es Ribadesella. En la urbanización "Sella Mar", junto a la playa de Santa Marina, donde 30 viviendas continúan afectadas tras el argayo que se produjo en la ladera detrás de ellas el miércoles, teniendo que desalojar a las cuatro familias que residen en la zona, ya que la mayoría solo se ocupan en periodos vacacionales. "La situación es desesperante, es de total impotencia por no saber si la ladera puede caer sobre las casas", lamenta José Ramón Fiaño, dueño de una de las viviendas afectadas. Donde ayer estuvieron con el agua dentro de casa fue en la vega de Lloviu, donde las viviendas situadas junto al río quedaron anegadas.Una situación parecida a la que se vivió en L'Alisa, una localidad que llegó a estar aislada por carretera tras el desbordamiento del río. Allí, los vecinos afirmaban que los problemas se debían a que tras la gran riada de 2010, el río se llevó los rebordes que hacían de barrera natural, dejando el terreno más llano, por lo que ante una crecida se desborda con más facilidad.

En Peñamellera Baja el temporal ha dejado cuantiosos daños materiales. La Nacional 621 estuvo cortada por el desbordamiento del Deva a la altura de la localidad cántabra de Molleda. También estuvo interrumpido el tráfico en la AS- 343 que comunica por el interior a Peñamellera Baja con Llanes y Ribadedeva, debido al desbordamiento del Cares- Deva en Siejo. En Panes, se inundaron varios garajes y la crecida del río engulló diverso material utilizado por empresas de turismo activo. En las próximas horas se podrán evaluar los daños en la zona deportiva de la Brañona, donde está el campo de fútbol y la piscina municipal. En Allevia estuvieron varias horas sin luz.

En Llanes el punto más crítico fue en el barrio de Frieras, en la zona de Posada La Vieja, por el desbordamiento del Bedón. El paso desde Posada La Vieja estuvo cortado durante todo el día.

En Arriondas, los vecinos del barrio del Tocoti se pasaron la madrugada del miércoles viendo cómo el nivel del agua iba subiendo y sin poder pegar ojo. La crecida del río Sella provocó el desbordamiento de alcantarillas de calles como la de El Barco (donde el agua llegaba hasta las rodillas) y la inundación de los sótanos y aparcamientos subterráneos de la zona. La riada alcanzó los primeros escalones de portales como el de Ofelia Redondo y Kiko Cardín. "Cada vez que llueve estamos en un sinvivir", relataron. En la misma línea se expresó José Antonio Pesquera, que no pudo salir a pasear con su perro "Nano" porque con tanta agua el pobre animal no hacía pie en la acera. Algunos como Héctor Castañeda improvisaron unas botas a base de bolsas de plástico y otros como Luis Vicente Rodríguez salieron a comprar unas de urgencia. "En cuanto diluvia se nos inunda el trastero y como tenemos allí el cuadro de luz y la alarma de incendios lo tenemos que apagar todo por precaución", contó. Otros como Zeus Maya enviaron a sus hijos pequeños a casas de familiares cercanos hasta que remita el temporal. El desbordamiento del río Sella obligó a cortar la carretera N-634 entre Triongu y Ribadesella.