Los "hombres de Casado" han irrumpido en el PP asturiano. La dirección nacional ha decidido actuar para atajar la creciente tensión entre la presidenta del PP regional, Mercedes Fernández, y la candidata autonómica, Teresa Mallada, designada el pasado 8 de enero por el presidente nacional del partido, Pablo Casado.

La bicefalia echa humo. José María Arribas, un representante de Génova (la calle en la que se encuentra la sede nacional del PP) llegó ayer a Oviedo y mantuvo reuniones con ambas partes. Hoy se espera la llegada de un veterano del PP, curtido en las operaciones internas: Juan Carlos Vera, coordinador de Organización de la dirección nacional del partido, el número dos del secretario general Teodoro García Egea. "Es una intervención en toda regla, como el 155", aseguraban ayer fuentes próximas a la dirección regional afines a Fernández utilizando como símil el artículo de la Constitución que suspendió la autonomía en Cataluña. Para el sector de Mallada, en cambio, la mediación de la dirección nacional solo obedece a la "falta de colaboración" del equipo de Fernández y persigue acabar con esa actitud.

Al tiempo, se instala la incertidumbre en el grupo parlamentario. El secretario general del PP asturiano, Luis Venta Cueli, mantuvo ayer por la mañana una reunión con los diputados autonómicos. En el encuentro se escucharon promesas de colaboración con Mallada, pero entre algunos diputados aupados por Fernández crece la sensación de orfandad: "Apenas tenemos información de lo que pasa".

La negociación de los recursos de los que dispondrá la candidata parece haber dejado en suspenso una escalada de tensión que la dirección nacional trató de zanjar en la reunión mantenida con ambas partes en Madrid el pasado martes, en la que se conminó a Mercedes Fernández a colaborar con la candidata. La propuesta remitida a Madrid (un medio de transporte, despacho y sala de juntas, dos contratos y tres personas del partido como apoyo), "supera incluso a lo que se pedía", aunque en la dirección regional anoche se desconocía si Mallada aceptaba el ofrecimiento.

La temperatura sube. Hay enfado entre los más próximos a Mercedes Fernández: "La presidenta llevó con austeridad absoluta la gestión del partido, y da la impresión de que Mallada quiere el poder absoluto". Acusan a la candidata de tratar de "forzar la máquina" y trasladar a Madrid la idea de que "la dirección regional no hace lo que debe hacer" para ayudarla, algo que niegan. De fondo, permanece el resquemor por que la dirección nacional rechazase que Mercedes Fernández volviera a ser la candidata: "Fue un cambio traumático y de malas maneras". "Si se 'mata' a alguien, lo mínimo es permitir un entierro digno", señaló un allegado a la todavía presidenta regional del PP.

Pero también hay dudas en las filas de los hasta ahora afines a Mercedes Fernández: "La presidenta debería saber coexistir con la candidata elegida por Madrid; confunde haber ganado un congreso con la potestad de la dirección nacional para decidir candidato, fijada en los estatutos". Hay quienes incluso señalan en privado sentirse "engañados" por la presidenta regional. Sólo ambas partes coinciden en una cosa: en que es negativa la imagen de confrontación.

Uno a uno

Hoy será uno de los días clave para calmar las aguas del PP asturiano. Juan Carlos Vera ha pedido entrevistarse uno a uno y en privado con los diputados autonómicos y con otros dirigentes locales, con un mensaje claro: sólo cabe prestar la máxima colaboración a la candidata. También, de paso "testará" el parecer de cada dirigente sobre la crisis interna.

La dirección regional quiere trasladar la imagen de que las chispas están apagadas y que ya no hay fuego interno, aunque la intervención de la dirección nacional deja claro que Casado quiere mostrar a las claras quién tiene el control de la situación.