La activación del protocolo anticontaminación en las áreas de Oviedo, Gijón y Avilés es una "mala noticia" para la salud, según expresa la catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Oviedo, Adonina Tardón. La concentración de partículas en suspensión -tanto las vinculadas con la industria como con el tráfico- aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y respiratorias. La población más expuesta, advierte la directora de la Unidad de Epidemiología Molecular del Cáncer en el Instituto. Varios estudios han corroborado que la contaminación atmosférica influye negativamente en el desarrollo del feto.
La situación, aclara Adonina Tardón, "no es de alarma pero sí hay que estar atentos y contribuir en la medida de lo posible a que la polución disminuya". Por ejemplo, circulando a 90 kilómetros por hora en las autovías en vez de a 120, tal y como recoge el protocolo. Ésta es, según la profesora de la Universidad de Oviedo, una "buena medida", que hay que completar con restricciones en la industria. "Los baldeos de agua son importantísimos porque evitan que el polvo que cae en la carretera vuelva otra vez a levantarse", explica Tardón, que recomienda a los deportistas "no correr estos días por las zonas más contaminadas". Las partículas más peligrosas son las más pequeñas, las de tamaño inferior a 2,5 micras, ya que "llegan hasta el alveolo". "Si algo pone de manifiesto todo esto es que para la contaminación no existen barreras", concluye.
