Muy poca o casi nula visibilidad. El tramo de la carretera AS-237 entre Grado y Avilés donde se produjo el fatal accidente en el que perdió la vida el joven Fernando Menéndez Burgos no cuenta apenas con puntos de luz desde la salida del pueblo de Villamarín (Candamo) hasta la entrada a Grado por Castañedo, dirección a la que se dirigía el fallecido tras haber estado en la casa de sus padres en Aces (Candamo).

Una zona muy oscura, con varias curvas, en la que todo parece indicar que impidió al joven evitar el impacto contra el tronco. Además, cabe señalar que el árbol que cayó sobre la vía y contra el que chocó el fallecido podría llevar escasos minutos tirado sobre la carretera. De hecho, a las 20.30 horas del pasado lunes, cinco minutos antes de que se produjese el fatal accidente, el Servicio de Emergencias del Principado de Asturias recibió aviso de que había un árbol en medio de la carretera que cortaba totalmente el paso a los vehículos. La siguiente llamada, a las 20.35 horas, ya alertó del trágico siniestro. Además, en el accidente se vio implicado otro vehículo, en un segundo impacto, conducido por un varón de 62 años de edad, que, por suerte, resultó ileso. Según informó ayer la Comandancia de la Guardia Civil de Oviedo, el equipo de Atestados de Tráfico continúa la investigación para determinar cómo se produjo el accidente.