La epidemia de gripe ha provocado en Asturias, hasta la fecha, cuatro muertos y 495 ingresados. De estos últimos, 169 estaban en situación grave. Así lo indica el informe semanal publicado ayer por la Consejería de Salud del Principado, según la cual la región registró la semana pasada 623 casos por 100.000 habitantes, lo que implica unos 6.300 afectados en siete días. Esta tasa es muy superior a la contabilizada en Asturias en el pico epidémico del año pasado, que tuvo lugar en la cuarta semana de enero con 440 casos por 100.000. También es muy superior -como resulta habitual- a la del conjunto de España.

Las predicciones de la Consejería hablan de que la onda epidémica "continúe aumentando significativamente en las próximas una o dos semanas y se alcance el máximo de actividad gripal a finales de enero".

El informe del Principado pone de relieve que la mayor parte de los ingresados, dos tercios de los que estaban graves y todos los fallecidos, "presentan algún factor de riesgo". En torno al 60 por ciento de los ingresos y casos graves no estaban vacunados.

Según lo visto hasta el momento, el incremento de los contagios está incidiendo de forma especial entre los menores de cinco años y los jóvenes, y se mantiene entre el resto de la población. "La presión asistencial en atención primaria y urgencias se mantiene estable y tiende a descender durante esta semana", explica la nota difundida por la Consejería de Salud.