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Los bares, a "adaptarse como se pueda" a las nuevas restricciones

Resignación entre los propietarios de establecimientos, que lamentan que algunos quedarán "contra las cuerdas" pero también quieren evitar a toda costa "el cierre total"

Los bares, a "adaptarse como se pueda" a las nuevas restricciones

Los hosteleros tienen una doble preocupación: la economía y la salud. Y conjugan ambas a la hora de valorar las nuevas restricciones para sus negocios impuestas por el Principado para evitar más rebrotes: ni servicio en la barra ni abrir más tarde de las dos de la madrugada. En palabras de Iván Suárez, que regenta varios establecimientos en Oviedo, "son medidas que hay que tomar y que nos perjudican a todos, pero más perjudicial sería el cierre total". En la misma línea se encuentra el presidente de la asociación de sidrerías de la calle Gascona, Pedro Caramés: "Habrá que adaptarse como se pueda, pero un cierre o un cierre parcial pondrá contra las cuerdas a muchos negocios".

En Gijón, la hostelería afronta la medida con incertidumbre. Francisco García regenta varios bares de copas. "Se van a cargar toda la hostelería de noche. Sin casi casos en Asturias, con el turismo ya aquí y cancelando las vacaciones", señala. Teme que vuelva a tocar hacer recortes en la plantilla. "Muchos tendrán que hacerlos y otros no podrán ni abrir", zanja. A Gianina Pirvu, que regenta una vinatería en el centro de Gijón, la nueva norma solo le resta media hora de trabajo. "Si es para frenar el virus, me parece bien, es acertado. Pero para algunos las consecuencias económicas serán severas", valora.

"Antes de que nos obliguen otra vez a cerrar, cualquier medida que se tome es buena", afirma Begoña Redondo, que lleva una cafetería avilesina. Jacobo Rodríguez, también hostelero en Avilés, cree que el cierre de las barras "seguro que nos afectará: los bares vivimos de la gente que pasa por delante y la barra del bar es el escaparate. Además, forma parte de nuestra cultura". Ambos coinciden en algo: "Hay una incertidumbre total. Aún no sabemos nada de la norma".

Javier Garaña regenta una sidrería en pleno centro de Llanes. Cree que "es una medida dura y restrictiva, pero necesaria teniendo en cuenta cómo se están desarrollando las cosas, o cortamos a tiempo o en 15 días estamos cerrados todos de nuevo". Y como presidente de la asociación de hosteleros llaniscos considera que "no se hubiera llegado a esto si los propios profesionales hubiesen velado por mantener distancias en la barra". Santiago Fernández, chef de un restaurante en Tapia, reconoce que "la pérdida de la barra siempre quita algo" pero entiende que "las normas no son un capricho y son por nuestro bien".

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