Aunque por pocos días, ya que hacer frente a la crisis económica provocada por el coronavirus apenas le dado un respiro en los últimos meses, la presidenta de los empresarios de Baleares ha podido "disfrutar de Asturias, una tierra estupenda, con gente maravillosa y un entorno con una belleza natural llena de atractivos". Carmen Planas Palou (Palma de Mallorca), farmacéutica por la Universidad de Navarra, inició su actividad como empresaria y propietaria de la farmacia del aeropuerto de Palma. En 1985 pasó a dirigir la Clínica Planas, fundada por su abuelo y conducida después por su padre. Desde el 2000 preside la Unión Balear de Entidades Sanitarias (UBES), y en 2014 se convirtió en la primera mujer que preside una territorial autonómica al ser elegida presidenta de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB), que engloba a más de 80 organizaciones sectoriales de todas las islas. Es miembro del Comité Ejecutivo de CEOE y de CEPYME y en 2018 fue nombrada presidenta de la Comisión de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) de CEOE.
-¿Qué balance hace de la situación en el mundo empresarial tras el estado de alarma?
-Muy preocupante por el contexto de recesión económica generalizada que ha provocado el covid. La economía española se ha contraído un 22,1% en el segundo trimestre y el shock en Baleares supera en más de 10 puntos la media nacional siendo las caídas más abruptas de la serie histórica.
-¿Se podría haber hecho más para garantizar un turismo seguro? Usted demandaba test masivos, pero las denuncias sobre la falta de controles en los aeropuertos han sido recurrentes...
-No se trata de buscar culpables, pero hasta que no tengamos la vacuna no se normalizará la situación. El cumplimiento de los protocolos sanitarios por toda la cadena de valor turística aglutinada en CAEB, que engloba además del alojamiento otros servicios, como el transporte, el comercio, la restauración, la operación turística, la sanidad privada o la oferta complementaria, mereció el apoyo tanto de CEOE como del Govern balear y el Gobierno de España aprobó de forma excepcional para Baleares el llamado 'plan piloto turístico' que abrió corredores aéreos verdes y seguros para generar confianza en los mercados emisores y demostrar que los turistas venían, disfrutaban de sus vacaciones y regresaban sanos. Y funcionó. Pero, la relajación en la observancia de las medidas sanitarias a nivel individual y las decisiones políticas tanto del Reino Unido y Alemania, que representan el 66% del flujo turístico hacia Baleares, han provocado una caída de la actividad turística con un descenso del 72% de llegadas a los aeropuertos. Hay que controlar la pandemia para recuperar la demanda de bienes y servicios y reactivar la economía.
-En Asturias ha habido un crecimiento turístico sin precedentes este verano..., ¿se han hecho aquí mejor las cosas?
-Una de las causas es que el mercado emisor nacional ha sido más reticente este verano a volar y ha elegido otros destinos. Esto ha ocurrido en muchas regiones peninsulares, entre ellas Asturias. El Principado tiene un encanto especial en múltiples aspectos y se ha visto beneficiado.
-¿Cómo se presenta el otoño en una comunidad con la suya, con un gran peso del turismo?
-De forma muy preocupante. La economía balear tiene un marcado carácter estacional y en julio, en plena temporada alta, tuvimos el doble de parados que hace un año, con un aumento del paro cuatro veces mayor al de España. También la destrucción de empleo ha cuadruplicado la media el país. Baleares supera el millón de habitantes y, en julio, la mitad, medio millón de personas, estaban afiliadas a la Seguridad Social. De ellas, el 40%, unas 200.000 personas perciben algún tipo de prestación, pero estas ayudas no son eternas...
-¿Cómo saldrán adelante las pequeñas empresas, los autónomos?
-Están especialmente afectados, pero todas las empresas, de todos los tamaños y de todos los sectores tienen comprometido su futuro en Baleares y la única manera de salir de esta recesión es a través de una colaboración público-privada que dé cabida a la participación efectiva del empresariado en la toma de decisiones tanto públicas como privadas porque, desde el inicio de la crisis, ya se ha destruido el 13% del tejido empresarial balear.
-¿Es el momento de afrontar un cambio de modelo productivo, no tan dependiente del turismo?
-No se trata de dejar el turismo porque Baleares es líder y un referente internacional. Pero sí son necesario cambios estructurales para aumentar la productividad, la inversión productiva y actuar sobre palancas que fortalezcan el potencial de crecimiento económico como el I+D+i, la digitalización, la automatización y robotización, ampliar servicios de producción industrial o la clusterización, entre otros factores.
-¿Cuáles son las demandas a la Administración en plena segunda ola de la pandemia?
-Lo dije desde el primer momento y hoy el acuerdo es general en que para proteger el empleo es imprescindible apoyar a las empresas. Baleares es, con una enorme diferencia, la comunidad más perjudicada de toda España por esta crisis. Pedimos al Gobierno central un plan especial y que sea sensible con Baleares al distribuir los fondos que deben servir para compensar una situación que ya es alarmante para empresas, trabajadores y para los ciudadanos, y los ERTE deben extenderse hasta que haya una vacuna o hasta el inicio de la próxima temporada turística. Baleares siempre ha sido generosa con España, pero hoy necesita cuidados urgentes e intensivos y, sobre todo, no ser "dejada atrás".
-¿Cuál es su vinculación con Gijón? ¿Conocía la ciudad?
-Conocía Gijón, conocía Asturias, tengo amigos aquí y estoy disfrutando de volver a verlos. Asturias es una región que genera simpatía y donde siempre me gusta volver. Lástima no tener más tiempo libre...
