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Árbol de acebo con sus frutos en el parque de las Ubiñas. | M. Riera

El muérdago: de plaga a negocio al alza en Asturias por Navidad

Comercializadores de fuera acuden a recogerlo a las pumaradas que invade: “Aquí abunda y sale a 2 euros, pero puede llegar a 25 el ramo”

Uno de los adornos naturales que más se han puesto de moda para comprar y regalar en Navidad es el muérdago, arfueyu en asturiano. No hay gran tradición en España, pero en Estados Unidos y en el norte de Europa es muy popular y todo un símbolo representativo de la Navidad. En torno a esta planta, venerada por los celtas, existen numerosas leyendas y a lo largo de la historia se le han atribuido propiedades mágicas y misteriosas, como que proporciona amor y da buena suerte a quien la tiene en casa.

Arfueyu de Cazanes, en Villaviciosa.

En Asturias, su faceta decorativa va calando poco a poco, pero también se considera el arfueyu una plaga. “Sin tener contacto con la tierra crece abundantemente, agarrándose a las ramas de los pumares, principalmente, y también de otras especies. Es una planta que acaba apoderándose de todo el árbol porque es como un ‘vampiro’ que le chupa la savia, agua y nutrientes, y lo puede terminar secando. Para nosotros es un trastorno y no pequeño, sobre todo en los pumares, porque se va propagando como una peste dañina”, explican Rafael Cuesta Fernández, “Falo”, y María del Pilar Álvarez Pumarada, “Pili”, que tienen esta especie parásita en muchos de sus terrenos de Cazanes.

Ahora, en diciembre, está en pleno esplendor de madurez, con sus pequeñas bayas de color blanco traslúcido, lo que hace que su venta en mercados de flores y floristerías nacionales vaya al alza. La cuestión es que si en Asturias no se aprecia, sino que más bien se rechaza en el campo, otros sí que están dispuestos a pagar por el muérdago.

“Nosotros tuvimos unas personas que estuvieron viniendo varias Navidades expresamente desde Valencia aquí a por arfueyu. Cortaban todas las ramas de la pumarada y se las llevaban llenando una furgoneta de cajas para venderlo después en Valencia. Venían tan contentos a buscarlo y nosotros más, porque nos dejaban la pumarada limpia”, explica Falo Cuesta.

Venta de muérdago en la plaza de abastos de Villaviciosa: Pilar Álvarez con su clienta, Julia Fontela.

Pili Álvarez la lleva a vender estos días a la plaza de abastos de Villaviciosa. “Sale a dos euros el puñáu, porque aquí abunda bastante”, explica. Sin embargo, en otros mercados nacionales de flores, herbolarios y floristerías de regiones como Cataluña, donde es tradición muy arraigada obsequiar el “ramet de la sort” (ramo de la suerte), los ramilletes de muérdago ya preparados para regalo navideño pueden costar entre 5 y 25 euros y se venden por miles en estas fechas navideñas para colocarlos cerca de la puerta de entrada a las casas.

Ojo con el acebo, el musgo y las piñas

Cortar acebo en el monte puede conllevar entre seis meses y dos años de cárcel. Como poco, sanciones cuantiosas que tranquilamente llegan a rondar los 60.000 euros.

Todo en función del daño que se provoque. Así que más vale olvidarse de coger unas ramas para decorar la casa por Navidad si uno sale al bosque y se encuentra los árboles –este otoño e invierno muy abundantes por Asturias, algo que ha llamado la atención a los montañeros–, cargados de sus bonitos y particulares frutos rojos.

Acebo en Las Ubiñas.

Su belleza y la influencia cultural del centro y el norte de Europa las han convertido en un objeto de deseo para la decoración navideña. Planta mágica para los antiguos celtas, también la Iglesia contribuyó a introducir el acebo en el imaginario popular para contrarrestar la presencia del muérdago, símbolo pagano.

Si hay antojo de decorar con acebo el hogar, este debe ser de vivero, pues la planta está considerada de interés especial y cuenta con un plan de manejo aprobado en el Principado en 2001 que regula todo lo relativo a su uso y explotación, así como las sanciones, pues se considera una especie amenazada. Las infracciones están reguladas en la ley de Conservación de Espacios Naturales y de Flora y Fauna Silvestre.

Aunque ahora es más abundante, hubo un tiempo en el que escaseó, algo grave ya que es importante para la fauna al ser refugio y fuente de alimento, sobre todo, para el urogallo.

Musgo de Caleao.

No menos cuidado hay que tener en recoger despreocupadamente musgo para montar el nacimiento, pues hay gran variedad de especies catalogadas como amenazadas por lo que no se pueden recolectar. Las multas no son cosa baladí: desde 1.000 hasta 100.000 euros, incluso más si se corta musgo en zonas protegidas como parques naturales o reservas. No sucede lo mismo con las piñas, otro elemento natural de decoración en Navidad. Su uso está regulado en la ley de Montes. Se pueden recoger, pero en número limitado y sin fines comerciales. Su cantidad “no podrá en ningún caso superar los 10 metros cúbicos anuales”.

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