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Localizan la máquina quitanieves sepultada en San Isidro, en el fondo del precipicio, partida en tres trozos

Unos 90 efectivos de Guardia Civil y la Unidad MILITAR de Emergencias (UME) participan en el dispositivo para recuperar el cuerpo del Virgilio G. G., el operario sepultado por el alud la pasada tarde de Año Nuevo

El momento en que los equipos de rescate localizan la quitanieves sepultada por un alud en San Isidro

El momento en que los equipos de rescate localizan la quitanieves sepultada por un alud en San Isidro Guardia Civil | Imagen: SEPA Asturias

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El momento en que los equipos de rescate localizan la quitanieves sepultada por un alud en San Isidro David Montañés

Unos 90 efectivos de Guardia Civil y la Unidad MILITAR de Emergencias (UME) participan en el dispositivo para recuperar el cuerpo del Virgilio G. G., el operario sepultado por el alud la pasada tarde de Año Nuevo. Hacia el mediodía fue localizada la máquina quitanieves, en el fondo del precipicio a unos 200 metros de la carretera donde estaba cuando fue sepultada, partida en tres trozos. Previamente se paleó toda la zona en busca del trabajador que continúa desaparecido. A lo largo de la tarde, estaba previsto volar un dron por la zona pero la climatología no lo ha permitido.

El punto donde se localizó la fresadora es una zona peligrosa y de difícil acceso. La meteorología ha complicado aún más la situación y se han suspendido los trabajos por la seguridad de los equipos. "La nieve todavía se está moviendo y no habría escapatoria para nuestros rescatadores en el caso de otra avalancha", explica Eduardo Rubio, jefe supervisor de Bomberos del SEPA.

El gijonés César Fernández Ordóñez, de 53 años, casado y con un hijo perdió la vida tras el desprendimiento. El enorme alud sepultó a dos operarios de Carreteras que en ese momento se habían bajado de la máquina quitanieves para desobstruir el conducto de la chimenea. Fue un infortunio, un golpe de mala suerte del que se libró por muy poco el conductor de una furgoneta que viajaba justo detrás de la fresadora. Este conductor, de 46 años, acabó empotrado entre el coche y el quitamiedos, con múltiples contusiones y, al menos, con una pierna rota. Otros dos vehículos que también circulaban al rebufo de la limpiadora quedaron atrapados, aunque a salvo, en la zona de viseras antialudes. En uno de los turismos viajaba un matrimonio joven con una niña de 2 años de edad.

Así es la incansable búsqueda para tratar de encontrar al desaparecido en San Isidro, sepultado bajo “un alud gigante”

El operativo de búsqueda del operario que estaba trabajando con una máquina quitanieves y sobre el que ayer cayó un alud de nieve, en Aller, se ha reanudado esta mañana, después de que el cuerpo de su compañero fuese localizado pasadas las 23.00 horas de la noche de este viernes.

El operativo de búsqueda

En el operativo de rastreo toman parte cinco personas, tanto de Bomberos como del 112 Asturias, encabezadas por el Jefe Supervisor de Bomberos del SEPA, en el Puesto de Mando Avanzado ubicado en Felechosa. Dos Jefes de Zona de Bomberos del SEPA, tres efectivos del parque de Proaza, dos efectivos del Grupo de Rescate de Bomberos y cuatro guías con cuatro perros de la Unidad Canina de Rescate del Principado. Por parte de la Unidad Militar de Emergencias hay dos pelotones de 25 personas cada uno, un grupo especial de montaña, un grupo cinológico, con cinco perros, una cuña y un vehículo oruga. 

La Guardia Civil y el GREIM cuentan con 14 personas y el área de Infraestructuras del Principado ha enviado a la zona 13 personas y 6 medios de maquinaria de nieve. No hay que olvidar la colaboración prestada por parte de la Diputación de León que también ha colaborado con maquinaria de nieve y servicios médicos. También se cuenta con la colaboración del equipo de psicólogos de la ERIE de Cruz Roja.

Así fue el accidente

El alud se produjo sobre las cuatro y cuarto de la tarde del día de Año Nuevo. Era la segunda avalancha del día en la zona. Se trata de un tramo muy conflictivo situado a altura de Riofrío, entre las viseras antialudes del puerto y el mirador de Zuvillaga: “Llevamos 30 años advirtiendo de que esto iba a pasar y, al final, ha pasado”, explicaba ayer un vecino de La Raya, el primero, junto a otros residentes de la urbanización, en llegar al lugar del siniestro.

Y es que los vecinos estaban ayer indignados. Llevan años reclamando medidas protectoras en este tramo. Siempre según el citado testimonio, el ocupante de la furgoneta, un joven montañero ovetense que había pasado la noche anterior en el puerto, se bajó del vehículo al ver que los operarios de la quitanieves hacían lo propio para arreglar la chimenea de la máquina. “Lo encontramos atrapado debajo del vehículo, empotrado entre la puerta y el quitamiedos”, explicaron los voluntarios, que fueron quienes dieron el aviso al servicio de emergencias 112.

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El operativo de búsqueda ya trabaja en la zona del alud de San Isidro para tratar de encontrar al trabajador desaparecido LUISMA MURIAS

Cuando los vecinos encontraron al joven atrapado bajo la furgoneta presentaba síntomas de hipotermia. Se encontraba casi sin conocimiento. “Estaba parcialmente cubierto por la nieve y posiblemente tenía alguna costilla rota”. Mientras era auxiliado por los vecinos de La Raya, explicó que había visto bajarse de la quitanieves a los operarios y que hizo lo propio para ofrecer ayuda. Fue entonces cuando la avalancha de nieve se precipitó hacia ellos desde lo alto de la canal anexa a la carretera. El herido explicó a los rescatadores, según ellos mismos apuntaron posteriormente, que “bajó un alud gigante y de pronto desaparecieron la quitanieves y los dos trabajadores”. Tras ser atendido en el lugar por servicios sanitarios desplazados desde Boñar, el montañero fue trasladado al Hospital de León.

Los hermanos Fernando y Daniel Trapiello, propietarios del restaurante de La Braña, también se desplazaron al lugar. En medio del temporal escucharon las voces de las familias atrapadas bajo las viseras y dieron la alarma. Auxiliaron al montañero herido. Conocían a los operarios desaparecidos. Uno de ellos es un profesional veterano con una larga trayectoria de trabajo en el puerto allerano. “Son gente muy apreciada y esto puede ser una tremenda desgracia que se podía haber evitado”, dicen los vecinos.

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