Un total de 3.131 nuevos contagiados en la última semana corroboran que Asturias está inmersa de lleno en la tercera ola de la pandemia. Sin embargo, y con todas las cautelas que impone la dinámica del coronavirus, parece que los primeros brotes verdes pueden estar haciendo su aparición. Y consisten en síntomas de descenso de nuevos infectados en los primeros concejos que fueron cerrados con el sistema “4 Plus”, Avilés, Castrillón y Corvera, en los que las medidas restrictivas en hostelería, comercios y espacios deportivos comenzaron a ser aplicadas el pasado día 12.

La presión sobre los hospitales continúa aumentando. Ayer, al cierre de esta edición, el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) estaba a punto de reabrir la UCI 8, instalada la pasada primavera en la zona que ocupaba un vestuario del área de docencia, cerca del helipuerto. El mayor problema para activar estos espacios es la escasez de enfermeras. “Para ponerlas ahí hay que quitarlas de otros sitios”, explicaron fuentes sanitarias.

“Lo más preocupante”, indicaron fuentes de Salud, es que, por vez primera en la tercera ola, la ocupación de las plantas de los hospitales ha retornado al máximo nivel de riesgo, con el 15 por ciento de las camas disponibles ocupadas por enfermos de covid. No obstante, “el crecimiento tiene una pendiente ligeramente inferior a la de la segunda ola”. Los ingresados en planta con infección o sospecha son 452, casi 150 más que una semana antes. Además, se ha observado por vez primera en esta fase pandémica “un repunte claro en la ocupación de las UCI”. Ahora hay 74 pacientes en las áreas de críticos; el pasado martes eran 54. La Consejería de Salud notificó ayer 426 nuevos casos diagnosticados el lunes. Ese día se registraron 77 ingresos en planta de personas con coronavirus y 7 en UCI. Además, se contabilizaron 51 altas. Anteayer fallecieron cuatro personas: una mujer de 88 años y tres hombres de 74, 75, 89 años. Es la cifra más baja desde el pasado día 15.

Mucha preocupación hay en Avilés, donde han pasado de remontar pequeñas olas a sufrir un tsunami covid. La explicación podría estar, a juicio de los especialistas consultados, en que en el área sanitaria avilesina los contagios fueron inferiores a los de otras áreas de la región durante la primera y segunda ola y, que, por tanto, los avilesinos afrontan el tercer embate con una inmunidad más baja. Bien es cierto que Avilés pasó los primeros meses de pandemia con menos sobresaltos que Gijón. Pero los números dieron un vuelco ya en octubre. Entonces se decretó un cierre perimetral en Avilés que se prolongó hasta diciembre. Durante las fiestas navideñas, el nivel de riesgo se mantuvo entre medio y alto, pero desde el día 4 las cifras no dan lugar al descanso, aunque ahora empiecen a dar síntomas de haber alcanzado el tope. Un ejemplo: el día 13 de enero en Avilés se notificaron 25 nuevos casos y el pasado día 24, 76. Por barrios, El Carbayedo, el de mayor densidad de población, es el peor parado.

El aumento de contagios ya se traduce en una importante presión asistencial tanto en los centros de salud de Atención Primaria como en el Hospital Universitario San Agustín, centro de referencia para aproximadamente 150.000 cartillas que ha comenzado a primer la atención urgente y preferente. Ayer había ingresados 89 pacientes aquejados por el nuevo coronavirus en cuatro plantas de hospitalización, dotada cada una de ellas con entre 32 y 34 camas. En la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) las cosas pintaban aún peor: 23 pacientes ingresados por el mismo virus. Tanto es así que, de ingresar más pacientes en la UCI, será preciso estrenar las seis camas habilitadas para enfermos covid en el gimnasio. Todas las demás –las diez habituales más 13 ubicadas en la primera planta– están ocupadas. Asimismo, hay otra UCI para pacientes no covid en la zona de reanimación y antequirófano con seis camas más.

Ayer, algunos sanitarios del área advertían: “Todavía hay quien no se toma esto en serio. Y estamos jugando con nuestra supervivencia”. El cierre perimetral de Avilés se mantendrá, al menos, hasta el día 1 de febrero. En Avilés la rápida propagación del virus se nota también en las aulas, con dos colegios y un centro de FP con clases presenciales suspendidas por el covid.

Un sanitario realiza una PCR.

Medio centenar de residentes infectados en un geriátrico gijonés

El hospital gijonés de Cabueñes estudia liberar una nueva planta para pacientes con coronavirus, la cuarta del ala par, lo que supone el segundo refuerzo en apenas unos días. Hasta ahora, hay cuatro plantas de esta ala ya destinadas para enfermos de covid-19, además de las dos plantas de sospechas. Liberar todos estos espacios supone una reducción progresiva del espacio para pacientes con patologías no relacionados con el virus. “Ya se empieza a notar que nos llenamos”, lamentaba ayer el personal, que agradece que, al menos, las dos UCI covid sigan de momento estables, por debajo de la veintena de ingresados. En Gijón también vuelven a sufrir los geriátricos. El brote declarado la semana pasada en la residencia El Carmen, propiedad de Instituto Gerontológico Astur, suma alrededor de medio centenar de residentes afectados y trasladados en su mayoría a centros de apoyo como el Credine de Barros o el hospital de campaña de la Feria de Muestras. También ha dado positivo un trabajador, aunque no mantiene contacto directo con los usuarios, lo que hace suponer a la gerencia del centro que el origen del foco ha sido alguno de los residentes que saliese al exterior días antes de detectarse el problema. El brote saltó el miércoles, cuando tras realizarle un test a un usuario con fiebre que dio positivo se encargó un barrido de PCR que se saldó con la primera veintena de afectados. El testeo se repitió otra vez este domingo. “Y salieron positivos otros tantos. No sabemos si es la nueva cepa inglesa, pero esta vez se ha propagado mucho más”, lamentan desde la gerencia, que aseguran que “la inmensa mayoría” de los residentes son asintomáticos, a lo que ha ayudado que ya hubieran recibido la primera dosis de la vacuna.