Las defensas de Djilali Benatia (Adrián Fernández), Jesús Muguruza (Luis Mendiguren) y Pedro Luis Nieva (Javier Beramendi), tres de los acusados por el asesinato del concejal llanisco Javier Ardines, el 16 de agosto de 2018, pedirán este lunes ante la Audiencia la excarcelación de sus defendidos, en la vista para decidir la prórroga de prisión, al cumplirse dos años de encierro tras su detención en febrero de 2019.
Las defensas aducen que no hay riesgo de fuga, pese a lo abultado de las penas que afrontan, y que existen otros medios menos onerosos que la estancia en prisión para garantizar su presencia en el juicio. Además, añaden, no hay riesgo de que los implicados puedan destruir pruebas. Maamar Kelii, defendido por Fernando Barutell, fue detenido meses después que los otros implicados, motivo por el que no se tratará ahora su posible excarcelación.
Se ha solicitado que la comparecencia de los tres acusados se realice por videoconferencia, aunque hay posibilidades de que ésta sea presencial en caso de que se haya problemas técnicos en la sección segunda de la Audiencia Provincial, con sede en Oviedo, donde tendrán lugar las vistas.
No será la única vista relacionada con el asesinato del concejal de IU de Llanes que tenga lugar este mes de febrero. El próximo día 15, también lunes, tendrá lugar una nueva vista para decidir las cuestiones de nulidad planteadas por los letrados de la defensa. Piden la nulidad del auto de incomunicación dictado en relación a Djilali Benatia, que permitió, siempre según su defensa, que los agentes de la Guardia Civil le presionasen y forzasen una autoinculpación de la que ahora se retracta.
Escuchas
También piden anular la declaración de Jesús Muguruza, en la que terminó inculpándose, sin que fuese asistido por un abogado. Y dejar sin efecto las escuchas que realizaron los agentes, que consideran que no estaban suficientemente justificadas.
Todos los letrados plantean que no hay pruebas biológicas que vinculen a los acusados con la escena del crimen, y sin embargo hay vestigios de ADN de una mujer en una de las vallas utilizadas por el o los asesinos para obligar a Ardines a salir de su vehículo y poder acometerlo. Además, aducen que no se han seguido otras líneas de investigación que pudiesen explicar el crimen, resaltando que algunas personas habían lanzado amenazas de muerte contra él.
