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Terrenos del polígono de Bobes donde se instalará Amazon. | Juan Plaza

Las autovías decantaron la decisión de Amazon por Siero, que compitió en la recta final con Vitoria

La inversión de la multinacional en el Principado podría alcanzar los 150 millones y los permisos ambientales y licencias de obra estar listos en poco más de un mes

La multinacional de la logística Amazon barajó varias opciones para la ubicación en la zona norte de España del que será uno de sus mayores centros en Europa. Dos fueron las que llegaron a la recta final en el proceso de elección: Siero y Vitoria. Esta última quedó descartada a favor del polígono asturiano, que acabó ganado el pulso a la ciudad vasca. Un aspecto fue considerado clave por los responsables de la compañía para decantarse por la localización sierense: su inmejorable posición en cuanto a conexiones por autovía, la capacidad de vertebración que este punto ofrecía para una planificación de la distribución rápida y eficiente en la propia comunidad y en las vecinas del Noroeste.

La compañía prevé crear unos dos mil empleos cuando su gigantesca instalación en Bobes, que ocupará una superficie cercana a los 200.000 metros cuadrados, esté a pleno rendimiento. La inversión estimada se ha cifrado inicialmente en unos 100 millones de euros. No obstante, algunas fuentes indicaron ayer que será superior y que podría alcanzar los 150 millones de euros.

La compañía registró el viernes en el Ayuntamiento de Siero la solicitud de licencias de obra y actividad. Para que estas se concedan, resta el estudio oportuno por parte de los técnicos municipales, pero también una aprobación previa que debe conceder el Principado. Se trata del trámite de la Administración autonómica que debe determinar la clasificación del tipo de actividad y decidir si el proyecto presentado se ajusta a ella y a los requerimientos ambientales obligados.

Según fuentes conocedoras de la operación, todos los permisos necesarios para el arranque definitivo de la iniciativa podrían estar listos, si no hay inconveniente, en el plazo de algo más de un mes. El trámite de comunicación pública a los propietarios de terrenos colindantes también se ha realizado ya.

La empresa querría tener listas las instalaciones para empezar a funcionar a final de este año en Bobes, desde donde dará servicio a las comunidades del Noroeste y a Portugal. La multinacional tendría planificados ya presupuestos para el desarrollo de unas obras que por su magnitud y por la celeridad con la que quiere culminar los trabajos requerirá la participación de un buen número de contratas.

La negociación para traer a Amazon a Asturias se desarrolló durante casi dos años en el más absoluto de los secretos y estuvo regida por claúsulas de confidencialidad. La Zona de Actividades Logísticas (Zalia), en Gijón, fue también ofrecida a la multinacional, tal y como ya adelantó a primeros de enero LA NUEVA ESPAÑA.

No obstante, la compañía descartó el lugar precisamente por la falta de accesos adecuados a las necesidades del proyecto, características que sí hallaron en el polígono sierense y en las conexiones por autovía que decantaron la balanza a favor de su elección definitiva.

Los primeros contactos fueron telefónicos y en una reunión en Madrid

Fernando Lastra fue el primer dirigente público que impulsó el proyecto. Conoció gracias a Carlos Paniceres, entonces presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, el interés de la multinacional, y mantuvo contactos telefónicos y celebró una reunión en Madrid con la máxima resposable de la multinacional en España, Mariangela Marseglia. Fuentes próximas a la negociación señalan que el Principado planteó dos emplazamientos principalmente: la Zalia y Bobes. Del área logística gijonesa se recalcaba su conectividad multimodal con ferrocarril y puerto. Pero Amazon dejó claro que lo que le importaba era una buena conexión por autopista. El polígono sierense se impuso entre los candidatos asturianos desde el principio.

Una anécdota. Amazon buscaba casi al mismo tiempo emplazamiento para el gigante logístico anunciado esta semana y para la nave que ya existe en Meres (Siero). Cuando se conoció ese proyecto en Meres surgieron quejas desde Oviedo y Gijón por el hecho de que Siero se llevase el gato al agua. “En Amazon no lo entendían, pensaban además que ya había pelea por el gran centro: hubo que explicarles las peculiaridades asturianas”, dicen con ironía las fuentes consultadas. 

El alcalde de Siero, Ángel García “Cepi”, ha demostrado agilidad dos veces. Para la instalación de la primera nave en Meres se adelantó en cuanto supo que algunos emplazamientos fallaban y ofreció su suelo a Amazon. Ante este último reto llegó a plantear abrir una oficina en Madrid solo para explicar bien las bondades de Bobes al gigante logístico.

La noticia de que finalmente Amazon elige Bobes también es un broche para aquella compleja y polémica operación que impulsaron Lastra y el entonces consejero delegado de Sogepsa, Juan Fernández Pereiro, y que permitió despejar el difícil futuro del polígono sierense. “El suelo industrial suele tener problemas porque tiene costes elevados antes de producir beneficios: es una inversión que se debe aguantar muchos años”, refieren responsables de entonces. En esa época, Fernando Lastra llevaba consigo siempre un portafolio para mostrar las virtudes de Bobes. Recuerdan que repetía: “Compren suelo, ha dejado de fabricarse”, adaptando la célebre frase de Mark Twain. 

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