La virulencia de la tercera ola de la pandemia ha puesto al límite la capacidad del Hospital San Agustín, de Avilés, que estaba anoche al borde del colapso, en particular sus camas de cuidados intensivos (UCI), a causa de la presión ejercida por los enfermos de coronavirus. Los responsables sanitarios manejaron ayer diversas estrategias para descongestionar el centro hospitalario. Una de las mayores preocupaciones se centraba en el modo de atender de forma adecuada a los pacientes más graves.
En el área de críticos están ingresados unos 20 pacientes de covid-19. Estaba previsto abrir mañana lunes un nuevo espacio de cuidados intensivos en el gimnasio del San Agustín, pero el temor a última hora de ayer era que no fuera posible llegar al lunes sin adoptar medidas alternativas. La solución más viable pasa por aumentar el traslado de enfermos al Hospital de Avilés (antiguo Hospital de Caridad) y no se descarta intensificar el desvío de pacientes al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), al que ya fueron derivados algunos a lo largo de esta semana.
Es uno de los efectos visibles del ascenso de la curva de incidencia de la pandemia en Asturias, que ayer se dio una levísima tregua en la que los 479 casos notificados, correspondientes al viernes, rebajan los datos de las tres jornadas precedentes. Es el primer día desde el 28 de diciembre en el que la incidencia acumulada en siete días experimenta un descenso diario tanto en el indicador general como en el de mayores de 65 años, una buena noticia que el Observatorio de Salud relativiza e interpreta con cautela, sobre todo teniendo en cuenta que esa pequeña tendencia a la estabilización de aún no se percibe en la incidencia a 14 días, la que mide el impacto de la epidemia a más largo plazo y es por tanto más conservadora.
El optimismo se atenúa también mirando a las camas de los hospitales. Los noventa ingresos en planta y los cinco en UCI registrados ayer y su combinación con las 71 altas de la jornada aproximan a seiscientos la cifra total de hospitalizados vinculados al covid-19: el último recuento da 589, 92 de ellos en unidades de críticos. Después de practicar 6.483 pruebas diagnósticas, el porcentaje de positivos se mantuvo por encima del diez, otro indicador preocupante cuya curva ha suavizado su subida en una jornada en la que el recuento de fallecimientos añade ocho.
He ahí el resumen de impacto general del día en el que la lista de concejos con cierre perimetral y restricciones de actividad y movilidad añadió a Siero. El cuarto municipio más poblado de la región ha entrado en el nivel “cuatro plus” de la alerta extrema y las limitaciones de movimiento asociadas a él se le aplicarán a partir del martes, con su confinamiento municipal, sus límites para las reuniones o su prohibición de dar servicio en el interior de los bares. Con Siero sube a más de 800.000 el recuento de asturianos afectados por las restricciones decretadas por el Principado, que ya condicionan la vida de ocho de cada diez habitantes y abarcan 17 concejos, incluidos ya todos los nueve más poblados con la única excepción de Langreo, que de momento se “salva” gracias a que no ha superado los límites fijados para la “trazabilidad”, lo que supone que mantiene una alta capacidad de rastreo y detección del origen de los contagios.
De los cerrados, Grado y Llanes experimentan descensos en sus incidencias, el declive es tímido en el entorno de Avilés y aún no se aprecia en Oviedo ni en Gijón.