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Los hospitales del área central se acercan ya al límite y aceleran las derivaciones

El hospital de campaña de Gijón, ante el mayor aluvión de pacientes de su historia, habilita in extremis más plazas tras llenarse el fin de semana

Sanitarios realizando pruebas PCR en el autocovid de Marina Civil de Gijón, ayer. | Marcos León

Son “días críticos” para la tercera ola del coronavirus en Asturias. Entre esta semana y la próxima, la curva debe decidir si la leve estabilización a que indica su muy reciente tendencia se consolida o es un descanso, si se dirige hacia arriba o se doblega y empieza la desescalada. Aún es pronto para hacer pronósticos, pero suba o baje, la autoridad sanitaria pone el foco en la presión creciente que en las últimas semanas ha vuelto a poner duramente a prueba la capacidad de los hospitales asturianos y ha aproximado al límite las plantas covid de los centros del área central, lo que ha obligado a acelerar las derivaciones a otros centros y hace temer por la atención a los pacientes con patologías ajenas a la pandemia.

El ritmo de incremento de los ingresos por covid “ha sido muy importante y rápido desde las últimas dos semanas”, constata la gerente del Servicio de Salud del Principado (Sespa), Concepción Saavedra, que traslada una visible inquietud por el crecimiento de las hospitalizaciones. Evolucionan a razón de un 35 por ciento a la semana y no se van a quedar ahí. La experiencia de la pandemia le dice que “esperamos que los ingresos sigan subiendo esta semana y la próxima y que la ocupación de las UCI siga aumentando las próximas tres o cuatro semanas”.

Asturias no ha llegado aún al pico de presión de la segunda ola, pero ya tenía ayer llenas tres de cada cuatro camas covid en sus hospitales, pero eso es el dato del conjunto de la región. La presión se dispara y se acerca al límite cuando se aíslan los hospitales del centro de la comunidad: el área sanitaria de Oviedo tiene sus 282 plazas para pacientes de coronavirus al 80,56 por ciento, y la gravedad crece en Gijón (84,79) y, sobre todo, en Avilés (93,41) y Mieres, que llega al 91,46 por ciento de su capacidad. La situación ha llevado a la ampliación de los recursos que el Sespa tiene habilitados fuera de los centros hospitalarios. Ayer se abrió un nuevo módulo de 24 camas en el hospital de campaña del recinto ferial de Gijón, que ya tiene cubiertos 72 de sus 144 puestos, y esta semana se han habilitado también diecisiete más en el Sanatorio Adaro de Langreo, de las que se han ocupado ocho, y 24 en la Fundación Hospital de Avilés (antiguo Hospital de Caridad) para hacer frente a la amenaza de colapso del San Agustín. Adicionalmente, el hospital de la Cruz Roja de Gijón (con 28 pacientes en una planta covid de 34) y el Monte Naranco de Oviedo, con 29 de sus sesenta camas cubiertas, completan el mapa de la externalización de pacientes, junto a los 49 en el centro de referencia estatal para discapacitados intelectuales, el Credine de Barros (Langreo), que llegó a 120 camas en la segunda ola.

La nueva ampliación de espacios en el recinto ferial de Gijón no había sido necesaria ni en la segunda ola pandémica, que pasó especial factura en la ciudad. Hasta ahora, cuentan los empleados, el “récord” de camas ocupadas en el hospital de campaña era de 58 pacientes, pero el pasado domingo el número de ingresados era 72, el máximo que podía asumir el complejo. Ayer, por lo tanto, se autorizó abrir un nuevo módulo con 24 camas –el cuarto que se habilita–, aunque los sanitarios esperan que, viendo que había varias altas programadas, esta nueva remesa de camas pueda funcionar a la mitad de su capacidad durante el resto de la semana. Estas mismas fuentes apuntan a que el “aluvión” de enfermos de estos últimos días en el hospital de campaña se debió en parte a un aumento de las derivaciones desde el Álvarez Buylla de Mieres. Otras fuentes indican que, como el concertado de Cruz Roja cerró en diciembre una de sus dos plantas covid, esta presión al alza en el Luis Adaro podrá frenarse tras su previsible reapertura a lo largo del mes.

La observación en conjunto del nivel de ocupación de los hospitales hace a la gerente del Sespa concluir que “nos preocupa la situación de los hospitales asturianos”, pero también porque “no tenemos solamente pacientes covid”, aclara Saavedra. Hay otros 1.802 ingresados más con patologías ajenas a la pandemia que llevan al límite también a los profesionales sanitarios, toda vez que las reorganizaciones de espacios y personal inducidas por la eclosión del coronavirus “han supuesto una disminución de la actividad sanitaria”, relegando parte de la patología demorable o no urgente “para poder asumir la atención del covid no solo en cuestión de camas, también en profesionales”.

"Estamos motivados pero muy cansados": el latido de la UCI del HUCA en la tercera ola de la pandemia

"Estamos motivados pero muy cansados": el latido de la UCI del HUCA en la tercera ola de la pandemia Irma Collín/ Amor Domínguez

El panorama de los 472 ingresados con covid en planta se completa con los cien de las UCI, donde las largas estancias determinan que la tercera ola haya llegado antes de la salida completa de los enfermos de la segunda. En las unidades de críticos hay un centenar de afectados por la pandemia y 32 pacientes no covid y “273 camas para atenderlos”, completa Saavedra, pero el ascenso de la incidencia ya ha hecho pensar en las posibilidades de “poner en marcha nuevas unidades, porque tenemos respiradores y podríamos utilizar otras zonas, como reanimación o quirófanos”, detalla Saavedra.

El que primero parece que dará el paso en estos refuerzos extra para la atención de pacientes críticos será Cabueñes, que tiene previsto abrir hoy su unidad de cuidados sin ingreso (UCSI). El recurso, que puede equiparse como una UCI, ya sirvió como tal durante la segunda ola, cuando el hospital gijonés a punto estuvo de colapsar ante la falta de espacio.

La gerencia albergaba todavía esperanzas la semana pasada de no tener que llegar a liberar de nuevo esta parte del hospital –explican los sanitarios que en las últimas semanas había servido para agilizar parte de las intervenciones quirúrgicas pendientes–, pero ayer el hospital amaneció con las 26 camas que suman sus dos UCI covid llenas. “Es la última carta”, lamentaban los sanitarios, que aseguran llevar ya días tratando de frenar “lo máximo posible” los traslados al HUCA “por la comodidad del paciente”. El hospital gijonés cuida de otros 93 pacientes con coronavirus ingresados en alguna de sus cinco plantas y tenía ayer a otros 11 en su planta de sospechosos. Pese a ello, tanto Gijón como Avilés, desde el Hospital San Agustín, han tenido que descargar parte de su presión en UCI en el HUCA.

El hospital ovetense, por su parte, tenía ayer a algo menos de 50 enfermos en estado crítico, a otros 153 en planta y a 16 registrados como casos sospechosos. Ya utiliza como UCI su vestuario, como ya lo había hecho en la segunda ola, y tendría la posibilidad de abrir otra en el gimnasio y nuevos puestos de cuidados en alguna sala de reanimación.

Asturias descarta recurrir a los test anales

La autoridad sanitaria asturiana renuncia de momento a los test anales para la detección del covid-19, que han demostrado eficacia en China y que en España se plantean al menos en Galicia. La gerente del Servicio de Salud del Principado, Concepción Saavedra, justificó el descarte asegurando que Asturias se ha destacado desde el inicio de la pandemia “por su capacidad para realizar pruebas PCR” y que el paso a la vía rectal requeriría la mutación de los procesos hacia “una logística muy diferente”.

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