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Un jubilado de las Cuencas lideraba una red que estafó 200.000 euros con móviles

El grupo, desarbolado por la Guardia Civil, compraba de forma fraudulenta celulares de alta gama que luego vendía a precio inferior al de mercado

Material y dinero incautados a la red desmantelada en la “operación Cooper”.| Guardia Civil de Oviedo

La Guardia Civil de la Comandancia de Oviedo está llevando a cabo la llamada “operación Cooper”, centrada en una red que se dedicaba a comprar fraudulentamente teléfonos móviles de alta gama que luego no pagaba, pero sí vendía posteriormente a un precio inferior al de mercado. El monto de las estafas es superior a los 200.000 euros y por el momento han sido detenidas unas treinta personas, aunque hay involucradas en esta cadena de estafas medio centenar de personas. Entre los detenidos se cuenta el cerebro de la red, un jubilado de las Cuencas de poco más de sesenta años. Las primeras investigaciones corrieron a cargo de la Guardia Civil de Mieres, encargándose posteriormente de las pesquisas el Grupo de Patrimonio y el Equipo de Investigaciones Tecnológicas (Edite) de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de Oviedo. La instrucción del caso corre a cargo del Juzgado número 1 de Pola de Lena.

Las primeras pesquisas se remontan a 2017, cuando varias personas denunciaron que les estaban realizando cuantiosos cargos económicos por la adquisición de terminales móviles de alta gama que no habían contratado ni comprado. Cuando empezaron a tirar del hilo, los agentes comprobaron que para la compra de los terminales se habían usurpado los datos de los denunciantes, con el fin de engañar a las compañías. También reclutaban a personas necesitadas –que en el argot se denominan “mulas”, también asturianos– para que adquiriesen los terminales, utilizando para ello falsas nóminas y otros documentos para aparentar una solvencia inexistente. Cuando las operadoras trataban de cobrar los celulares, se encontraban con que no había fondos.

Los teléfonos móviles que compraba la red de forma fraudulenta eran vendidos a través de anuncios en páginas especializadas. Los teléfonos se ofertaban a precios inferiores a los de mercado, pero no exageradamente bajos, con el fin de no levantar las sospechas de los compradores sobre su ilicitud.

La red remitía los teléfonos por correo, acompañados de facturas y albaranes falsificados, pero que no levantaban las sospechas de los compradores. Los estafadores llegaron a vender de esta forma cientos de teléfonos móviles, que cobraban de diferentes formas, en algunos casos en mano o a través de plataformas como “paypal” o “bizum”. Los ingresos se realizaban en cuantas diferentes, a nombre de personas distintas, con el fin de dar apariencia de un menos volumen de venta e ingresos económicos.

En el registro de la vivienda del “cerebro” de la red se encontraron numerosos terminales, equipos informáticos y accesorios para la realización de facturas y etiquetas de envío de paquetería, así como diversa documentación relacionada con las compras y ventas y más de 4.000 euros en efectivo. Los agentes bloquearon las cuentas y los perfiles de internet utilizados para la venta de los teléfonos.

A los detenidos se les imputan los delitos de estafa, organización criminal, falsedad documental, usurpación de estado civil y blanqueo de capitales.

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