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El campanu del Sella, vendido en 3.000 euros a una sidrería de Gijón

El pescador Rogelio Diego del Corro se embolsó también los 2.500 euros del premio concedido por el Ayuntamiento cangués y la Sociedad El Esmerillón

El campanu del Sella, un salmón de casi ocho kilos

El primer salmón del río Sella la temporada 2021 fue adquirido por el restaurante-sidrería "El Campanu", de Gijón, propiedad de José Manuel Mori Cuesta, "El Marqués", quien desembolsó 3.000 euros por ese ejemplar de casi 8 kilogramos de peso, echado a tierra en el coto Remolina, en el curso medio de la cuenca por el ribereño Rogelio Diego del Corro, vecino de Corao-Castiellu (Cangas de Onís), y utilizando cebo natural. 

El afortunado pescador cangués, además, se embolsó los 2.500 euros del premio extraordinario que estableció el Ayuntamiento de Cangas de Onís, junto a la Sociedad de Pescadores El Esmerillón, que lidera Antón Caldevilla, al que sacara el preciado "rey" de los ríos en la cuenca del Sella, en un sencilllo acto desarrollado a primera hora de la tarde de este martes y 13 al pie de El Puentón, a la vera del mítico río Sella.

Así se capturó el campanu del Sella

Así se capturó el campanu del Sella Sociedad de Pescadores El Esmerillón

Un salmón de casi ocho kilos

"Se lo dedico a Mocho Huerta –uno de los grandes maestros de la pesca del salmón, fallecido en diciembre de 2009-. Lo que sé de la pesca de salmón fue gracias a él", manifestó a LA NUEVA ESPAÑA el cangués Rogelio Diego del Corro, vecino de Corao, minutos después de precintar el campanu del Sella en el centro oficial de El Portazgu (Cangas de Onís). El ejemplar pesó 7,900 kilogramos y tenía 88 centímetros de longitud, siendo capturado en el coto Remolina, a las 9,45 horas de este martes y 13. 

Mocho Huerta, el "maestro" a que le dedicaron el campanu del 2021.

"Me llevo unos 20 ó 25 minutos", aseguró Rogelio, el de Corao, quien estaba sólo en ese coto y llamó por teléfono a un amigo para que se acercara a ayudarle con la secadera. Y fue el cabraliego de Asiegu, José Miguel Mier, quien estaba en el coto El Capitán, unos kilómetros aguas arriba de Remolina, en el curso medio-alto del río, quien no dudó en ir a apoyar a su compañero para ser participe en echar a tierra el primer ejemplar de la campaña salmonera en la cuenca del Sella. "Me prestó como si lo hubiera pescado yo", contó José Miguel Mier.

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