Si algo ha demostrado ya la eclosión de esta quinta ola juvenil de la pandemia es la capacidad que tiene la vacuna para arrinconar al virus. Esta avalancha perjudica a todos, no solo a los jóvenes, pero su hecho diferencial es el grado de afección por grupos etarios. La elevación que ha alcanzado la curva de incidencia no desmerece a las de las oleadas anteriores, y de su virulencia da fe la certeza de que ya todas las franjas de edad presentan tendencias ascendentes y multiplicadas desde principios de este mes, pero las acusadas diferencias entre rangos generacionales –mucho más alto el impacto en los jóvenes– y la inversión del perfil dominante en los hospitales –donde uno de cada tres ingresados ya pertenece al grupo de menores de cuarenta años al que aún no han llegado mayoritariamente las vacunas– explican muchas cosas respecto a cómo y cuánto ha cambiado el daño de la epidemia.
La culpa es de la vacuna, pero “las vacunas no son infalibles”. La advertencia que ayer lanzó en Avilés el consejero de Salud del Principado, Pablo Fernández Muñiz, se concreta en su cálculo de que “una de cada diez personas con vacunación completa se puede ver afectada por la enfermedad”. Con esa proporción, y la que mirando a los hospitales confirma que aproximadamente uno de cada cinco ingresados ha llegado hasta allí a pesar de haber recibido las dos dosis, la Administración avisa sobre la necesidad de mantener las medidas de prevención aunque se esté inmunizado. Porque doce de los 62 hospitalizados en planta a comienzos de la semana pasada tenían la pauta completa, igual que un paciente internado en la UCI. Con datos de ayer, Pablo Fernández señaló que hay 17 personas ingresadas en las unidades de críticos, de las que el más joven tiene 27 años y el mayor 75, mientras que la media de edad es de 51. Hay además 69 pacientes en planta, el más joven con diecisiete años y el mayor con 98. “La mayoría de los ingresados no está vacunado por diferentes circunstancias, y un número nada despreciable tiene la pauta completa”, alertó.
El Consejero visitó el complejo deportivo de Los Canapés, en Avilés, donde se ha instalado un área de vacunación y toma de muestras de PCR en el marco del cribado a los jóvenes asturianos. En este centro se inició ayer la vacunación de los menores de treinta años del área sanitaria III, con cabecera en Avilés, que inicialmente estaba prevista para esta semana. Fernández indicó que en la última semana la situación de casos positivos se mantiene estable, aunque la incidencia sigue siendo muy alta, y subiendo en la que se refiere a los últimos siete días. “Y por detrás de una alta incidencia viene la hospitalización”, advirtió. De ahí los refuerzos que ha anunciado su departamento, volvió a decir ayer, en la preparación de los hospitales, las líneas de realización de pruebas o el personal para la atención del teléfono covid.
Respecto a la posibilidad de adelantar la vacunación a los menores de veinte años, como ocurre ya en otras autonomías, Fernández admitió esta posibilidad, difiriendo en el tiempo la decisión final. Una vez que se culmine la inmunización de las personas de entre 60 y 69 años que habían recibido la primera dosis de AstraZeneca –está previsto para la última semana del mes–, se va a “mirar la estrategia para los menores de veinte”. De hecho, un 15 por ciento de los asturianos de ese tramo etario ya están vacunados por distintas circunstancias, tanto de salud como por ser estudiantes con movilidad.
La bajada de edad entre los hospitalizados con covid: un joven de 17 años, en planta; y otro de 27, en la UCI
La avanzadilla asturiana. De momento, Asturias sigue siendo la avanzadilla de la campaña de vacunación en España. Con el inicio del proceso para los casi 80.000 veinteañeros el Principado ronda el setenta por ciento de la población inoculada con al menos una dosis y es por ese buen ritmo que puede empezar a pensar en adelantar algunas inoculaciones sin demasiado riesgo de dejar a mucha población atrás. La buena cadencia que han adquirido las vacunas en el Principado se aprecia cruzando fronteras para comparar. Las dos dosis de la inmunización plena han llegado ya a casi el 62 por ciento de la población, más de 630.000 asturianos, y eso supera el nivel de protección de España, de la UE e incluso de algunos de los países que lideran el ranking de las vacunas en el mundo: Israel supera por poco el sesenta por ciento y Chile está por encima del 61. El Reino Unido, líder en Europa, levantó este fin de semana las últimas restricciones con el 66…
El poder de arrastre. Aquí, mientras tanto, la oleada juvenil de fin de curso ya ha arrastrado en su ascenso un repunte de la incidencia en todas las franjas de edad. Aunque en grados y a ritmos notablemente diferentes, todas las curvas tienen ya pendiente ascendente. Desde el inicio de este mes se ha disparado el impacto entre los veinteañeros –se ha multiplicado casi por veinte, de 75 a más de 1.400 casos por 100.000 habitantes acumulados a siete días– y algo menos el de los que están en la década de los treinta: de 74 a 330. De aquí hacia arriba, en los grupos de edad en los que la vacuna tiene completamente protegidos a al menos tres de cada cuatro asturianos de cada generación, el nivel de ascenso se suaviza, pero la curva sigue creciendo: la tasa ha pasado de 48 contagios a más de 160 entre los de 41 a 50 y de 20 a 128 en los de entre 51 y 60. La vacuna ha amortiguado notablemente el ascenso, pero no ha logrado evitarlo del todo en los grupos etarios superiores: se ha multiplicado por cinco entre los sexagenarios –de 20 a 107– y desde cotas más bajas ha crecido poco, pero ha crecido entre los mayores de setenta –de 7 a 51–, de ochenta –de 7 a 62– y de noventa –de 6 a 81–.
