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“Somos la cara oculta de los hospitales, estamos discriminados”, denuncian los biólogos asturianos

Residentes y estudiantes del BIR critican que su especialidad sea la única en la que se ofrecieron menos plazas de laboratorio que el año pasado

Por la izquierda, Israel Rivera, estudiante examen BIR; Raquel Montaña, residente de segundo año de Inmunología; Adela Granja, estudiante examen BIR; Belinda Lago, estudiante examen BIR; Aida Pérez, estudiante examen BIR; Esther Ferreira, residente de primer año de Bioquímica Clínica; e Iván Menéndez, residente de primer año de Inmunología. | F. Rodríguez

Análisis clínicos, bioquímica clínica, microbiología y parasitología, inmunología: son las cuatro especialidades de laboratorio a las que un BIR (Biólogo Interno Residente) puede acceder. Pero no es oro todo lo que reluce. “A pesar de que somos los biólogos quienes hemos estudiado la covid y nos hemos encargado de diseñar una vacuna, además de tener un papel crucial con las PCR, test de antígenos, nos encontramos en una situación de precariedad y discriminación” frente al resto del sistema sanitario español, denuncian. De hecho, las plazas destinadas a laboratorio aumentaron el curso pasado y se estima que aumentarán en la siguiente convocatoria; pero no para ellos. “El problema radica en que la gran mayoría de las plazas se ofertan para los MIR”, apuntó Belinda Lago, estudiante del BIR, quien se queja de una problemática “ya arraigada” en el sistema por la cual los MIR tienen prioridad a la hora de ocupar las plazas de laboratorio frente a los estudiantes BIR. “Esto lleva pasando años, y estas plazas quedan prácticamente desiertas. Ningún médico opta por hacer su residencia en una de estas especialidades. En todo caso, igual se cubren cinco de cada cien, por poner un ejemplo. Estas plazas podrían destinarse a los biólogos, pero quedan vacías. No sólo se fomenta la precariedad laboral en ese sentido, puesto que muchos profesionales de la biología sanitaria se quedan fuera, sino que el sistema sanitario pierde calidad”.

El Ministerio de Sanidad presentó el 19 de julio “la mayor oferta de plazas de la historia” de Formación Sanitaria Especializada, con un incremento de 3,8%. Sin embargo, mientras en casi todas las modalidades crecen –Medicina (2,5%), Enfermería (8,3%), Farmacia (15,7%), Psicología (3%), Física (7,5%) y Química (se mantiene igual)– para los biólogos las plazas disminuyen en un 8% respecto al curso anterior.

“Es inexplicable, estamos muy discriminados. Hay un desconocimiento enorme en este país a cerca de una ciencia tan importante como la biología, no solo estudiamos plantas y bichos. El biólogo tiene la misma cabida y los mismos conocimientos que un MIR para trabajar en un laboratorio, ya que estamos igual o más cualificados que ellos. Y no es por discriminar a los médicos ni mucho menos, ellos son muy necesarios. Pero la medicina no deja de ser una técnica, no una ciencia. Somos la cara oculta de los hospitales, pero desde las trincheras se gana la guerra”, aseveró Adela Granja, estudiante BIR.

No obstante, los biólogos reconocen que el Principado “es el lugar que más plazas oferta de toda España. “Asturias es un ejemplo respecto a la valoración de nuestro campo. Si te vas a Castilla y León o al País Vasco, puede que no salga ni una sola plaza. Aquí es donde más salen, aunque podrían convocar más, queda mucho por hacer”, señalaron Raquel Montaña e Iván Menéndez, residentes de primer año en la especialidad de Inmunología.

“Tú vas al médico, te da una pastilla y te curas; pero ese medicamento que te receta tiene años de investigación detrás por parte de un biólogo, y eso la gente no lo ve. Como no estamos en primera línea... La sociedad no es consciente de la cantidad de trabajo que hay detrás de una simple analítica, por ejemplo. Es una falta de visibilidad total hacia nuestro campo”, criticó Aida Pérez, estudiante BIR.

Por otra parte, los profesionales de la Biología abogaron por “ser positivos” con las vacunas: “Vamos por buen camino. Según lo que nos llega, la mayoría de la gente ingresada en las UCIs son negacionistas”, apuntó Esther Ferreira, residente de primer año en la especialidad de Bioquímica Clínica, quien explicó que “un virus es impredecible. Tenemos evidencias suficientes para poder afirmar taxativamente que las vacunas funcionan y han salvado millones de vidas”.

Los biólogos subrayan que la pandemia fue “un golpe de realidad de lo que significa la ciencia. Tendemos a pensar que la ciencia es bondadosa, cuando, en realidad, es muy impredecible”. Y creen que es necesario acostumbrarse a vivir “no sólo con este virus, sino con lo que pueda venir en el futuro”.

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