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El “agricultor genuino” no cuela en el Sur

Andalucía frena la nueva figura para definir al perceptor de los fondos de la PAC, del gusto de Asturias y del Ministerio

Un campesino por Soto del Barco, en una imagen de archivo. Miki López

A la vuelta del verano, el Ministerio de Agricultura y Pesca y las comunidades han tenido que retomar las negociaciones para definir los criterios de reparto de los próximos fondos europeos de la Política Agraria Común (PAC) para el periodo 2023-2027 y que en Asturias tiene unos 9.000 perceptores según la última convocatoria.

En Andalucía, donde se juegan mucho –son 250.000 los perceptores, uno de cada tres en España, y el sector supone un 12% de su PIB– también tienen mucho que decir. De momento, el peso de la comunidad andaluza –su industria agroalimentaria supone un 35% de la renta agraria nacional– ha logrado que la nueva y, en algunos casos, controvertida figura del “agricultor genuino” desaparezca.

Esto no ha sido hasta ahora un debate muy intenso en Asturias, si bien las organizaciones agrarias y los partidos de la oposición como el PP lo miraban de reojo por todo lo que podría suponer e impactar en el número de perceptores de la PAC. Esta, en sus ecoesquemas (como su nombre indica, pautas que determinarán quién puede acceder a los fondos con una clara defensa de la sostenibilidad y respeto al medio ambiente) incluía la figura del “agricultor genuino” como el destinatario auténtico y más apropiado de las subvenciones del sistema. Y para ser genuino bastaría con que un 25% de las rentas llegasen de actividad agraria.

El gobierno andaluz ha logrado frenar tal condición (sostienen que dejaban fuera a casi 60.000 agricultores) para acceder a la PAC. A cambio, se incluirá la figura del “agricultor pluriactivo”, aquél que obtiene del campo un 20% de sus rentas, pero también desarrolla otras actividades para completar sus ingresos. Con todo, pese a que las organizaciones agrarias no defendían lo primero, tampoco es que se hayan quedado satisfechas.

En Asturias, la principal preocupación radica en incluir las explotaciones familiares, en extensivo, como unas de las que más beneficios deben obtener de la futura política común. Las ganaderías familiares son la base del sector regional, para el que es básica la PAC para subsistir, ya que más del 30% de su renta procede de Europa. Hasta ahora las negociaciones han ido por buen camino. Todas las comunidades de la Cornisa Cantábrica, que comparten el mismo modelo, han hecho frente común para defender ante el Ministro Luis Planas –que siempre se ha mostrado favorable a ello– sus explotaciones como ejemplo de esa ganadería verde y respetuosa con el medio que tanto gusta en Bruselas.

De aquí a diciembre deben cerrarse las bases, que no son baladí. En la última PAC Asturias percibió unos 150 millones.

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