Son indicios, síntomas aún incipientes, pero ahí están lo que parecen ser los primeros brotes verdes en esta sexta ola del covid que en Asturias suma casi 74.000 contagiados, más que las cinco ondas anteriores juntas. El ritmo de infecciones ha dejado de aumentar; los ingresos en las plantas de los hospitales han disminuido; y la ocupación de las unidades de cuidados intensivos (UCI) lleva estabilizada desde principios de mes.
Primer descenso nacional desde el pasado 2 de noviembre. En el conjunto de España también hay buenas noticias. La incidencia acumulada bajó ayer por primera vez desde el pasado 19 de octubre. El descenso ha sido de 91 puntos, hasta 3.306 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días.
Tres días consecutivas por debajo de 3.000 casos. Volvamos a Asturias. La incidencia del coronavirus se situó ayer en 3.845 casos por cada 100.000 habitantes en catorce días. Es una cifra superior a la del conjunto del país y la octava más alta entre las 17 comunidades autónomas de España. Sin embargo, han generado un cierto optimismo las cifras de contagios de los últimos tres días (de sábado a lunes). En ninguna de esas jornadas se llegó a 3.000 casos, cuando en las cuatro anteriores sí se había rebasado esa cifra, llegando incluso a 3.794 positivos el día 13 y a 3.635 el día 11.
¿Ha empezado a bajar la curva? El gran interrogante es si los citados datos significan que la curva epidémica ya ha tocado techo y va a empezar a bajar de inmediato. A juicio de los responsables sanitarios con los que ha hablado LA NUEVA ESPAÑA, todavía no. Habrá que esperar uno o dos días más para saber si estamos ante el inicio de una nueva tendencia. Hay optimismo, pero nadie quiere lanzar las campanas al vuelo.
Descienden los ingresos. Hay optimismo porque, en la primera semana de enero, en los hospitales asturianos ingresaron en planta 326 enfermos de covid; y en la segunda semana, esa cifra disminuyó hasta 270. Ese descenso marca una tendencia contraria a la pronosticada por los expertos, que esperaban un aumento de las hospitalizaciones correlativo al de infectados y que se alargase una semana más. Y que la ocupación de las UCI se prolongase otra semana posterior. Sin embargo, de nuevo la realidad de la pandemia parece estar discurriendo por vericuetos inesperados. La ocupación de las plantas y de las UCI de la región está estabilizada y hasta da señales de evolucionar a la baja.
La presión en los hospitales se relaja. En los hospitales asturianos estaban ingresadas ayer 415 personas infectadas de covid. De ellas, 359 en planta y 56 en UCI. Esa cifra de ingresados en planta es inferior a la de mediados de la semana pasada. Los 56 enfermos en cuidados intensivos apenas han variado desde principios de mes. En ambos casos, el ritmo de altas es fluido. La ocupación total por covid en los hospitales de la región es del 11,9 por ciento; en el caso de las UCI, del 18,2 por ciento. En ambos epígrafes son cifras inferiores a las del conjunto de España. Con estos datos, Asturias está en nivel de alerta alto (3 de 4).
Efecto de la vacuna. ¿Por qué sucede esto? En teoría, por dos factores: la vacunación, que se inició en los últimos días de 2020, y una variante del virus causante del covid-19, la ómicron, que ya genera en torno al 95 por ciento de los contagios y origina menos daños que las anteriores. Lo que los expertos tratan de esclarecer es si esta reducción de daños es fruto de una menor agresividad o se debe a la acción de la vacuna. A priori, parece bastante clara la acción beneficiosa de la dosis de refuerzo sobre el grupo de población mayor de 50 años.
Cuatro muertes por coronavirus. De nuevo el epígrafe de muertos es el más inquietante. En Asturias fallecieron anteayer, lunes, cuatro mujeres por covid de 66, 88, 96 y 96 años por esta causa.
