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Juan Roces, candidato a presidir el Colegio de Farmacéuticos: “Queremos cambiar el sistema de guardias rural, el actual es abusivo”

“En este mandato no se trabajó lo suficiente la relación con la Consejería de Salud y se percibe falta de empatía hacia nuestros colegiados”

Juan Roces Díaz. LUISMA MURIAS

Juan Roces Díaz (Oviedo 1970) ejerce como farmacéutico titular en Sotrondio (San Martín del Rey Aurelio). Su padre es graduado social y su madre farmacéutica. Licenciado en Farmacia por la Universidad de Navarra, lleva 27 años colegiado. Ha sido vicesecretario de la junta de gobierno del Colegio de Farmacéuticos de Asturias entre 2006 y 2018, y secretario de la misma entre 2018-2022. Es uno de lo dos candidatos a la presidencia del Colegio en las elecciones que se celebrarán el próximo 29 de mayo. En su lista figuran, entre otros, Alberto Cardona González como secretario; Raquel Camporro Álvarez como tesorera; Berta García Abarquero como vicepresidenta; Noelia Méndez Lora como vicesecretaria; y Margarita Lago Nieto como vicetesorera. Su rival será el gijonés Alfredo Menéndez Antolín, actual vicepresidente del Colegio de Farmacéuticos.

–Exponga y explique brevemente los tres epígrafes más destacados de su programa.

–En primer lugar, debemos conseguir que la representatividad del Colegio esté a la altura de nuestro colectivo. Aspiramos a convertir el Colegio en una voz relevante ante la Consejería de Salud, la comunidad sanitaria y la opinión pública. Solo así podremos defender eficazmente los intereses de los farmacéuticos asturianos y de la sociedad civil en general.

–¿Segundo?

–Debemos favorecer el crecimiento de la excelente red de profesionales que tenemos, apostando por su formación rigurosa y la estimulación de las buenas prácticas. Tienen que sentir que las puertas de su Colegio están abiertas para ellos y que atravesarlas es útil. De ahí nuestro lema: “El Colegio que va contigo”. Y, para hacerlo realidad, es esencial implantar una política de transparencia y cercanía en la institución de referencia para los farmacéuticos.

–¿Tercer objetivo?

–Aplicaremos una mirada permanente y constructiva hacia la sociedad asturiana, que no es la misma de hace treinta años. Desarrollaremos nuevos servicios útiles para nuestros conciudadanos y de la mano de la Administración.

–¿Cómo valora la gestión de la junta directiva saliente?

–Con aciertos y errores. Respeto el trabajo desarrollado, pero son las cosas mejorables las que impulsan nuestra candidatura. Creo que debemos dar mayor calidad en el servicio a los asociados y soy especialmente crítico con la falta de diálogo. En mi opinión, esta carencia nos hizo desperdiciar oportunidades. No se trabajó suficientemente la relación con la Consejería de Salud y se percibe falta de empatía hacia nuestros colegiados. Las críticas se interpretan como amenazas, cuando pueden suponer una oportunidad de mejora si escuchamos de forma constructiva.

–¿Considera adecuadas las pautas actuales en las relaciones con la Administración sanitaria o estima necesario modificar algo?

Sin duda, debemos mejorar la relación con todo el Sistema de Salud porque somos una pieza clave de su engranaje. Debemos conseguir una comunicación más fluida y eficiente. Las farmacias somos establecimientos privados de interés público. Es nuestra obligación trabajar con la Consejería para alcanzar acuerdos y promover la mejor atención farmacéutica a nuestros usuarios. Nos compromete a todas las partes que los asturianos no paguen jamás con su salud nuestras faltas de entendimiento.

–¿Debe haber una relación más abierta entre las farmacias y la sociedad?

–Nuestra razón de ser es la salud de los asturianos. Atendemos sus necesidades en torno a los medicamentos y debemos ser muy sensibles a los cambios que se nos demanden. Debemos evolucionar con nuestra sociedad y creo que hemos demostrado una excelente capacidad de adaptación siempre. Nuestro salto tecnológico ha propiciado un mejor servicio y, por ejemplo, la receta electrónica española es ya una iniciativa de referencia mundial.

–¿Cómo ve la evolución de la situación global de la farmacia asturiana?

–Positiva, porque gozamos de un perfil humano y profesional óptimo. En los últimos veinte años se ha ido produciendo un relevo generacional en las farmacias muy garantista. Creo que hemos sabido tecnificarnos sin comprometer un ápice la vocación asistencial y de utilidad al ciudadano que nos define. En ese sentido, el valor que aportan titulares y adjuntos en el día a día es fundamental.

–¿Qué impacto ha tenido la pandemia de covid-19 sobre el sector?

–Creo que hicimos un trabajo extraordinario, pero no reconocido como se merece, y eso me duele particularmente. De forma resumida, en condiciones muy delicadas logramos que todos los usuarios dispusieran de su medicación con normalidad. Podemos estar muy orgullosos del papel de las farmacias y de la distribución farmacéutica.

–¿Está de acuerdo con el modelo de planificación de la prestación farmacéutica vigente en el Principado?

–A grandes rasgos, sí. El modelo es sensible a los requerimientos poblacionales y al resto de la planificación sanitaria. El 99 por ciento de los ciudadanos accede al medicamento y a la atención farmacéutica muy cerca de su residencia o lugar de trabajo.

–¿Estima que la farmacia rural está injustamente castigada por el régimen de guardias o por otras circunstancias?

–Sí. La farmacia rural desarrolla una tarea fundamental en condiciones de mayor dificultad y desempeña un papel social en su entorno, además del sanitario. Por eso, es primordial para nuestra candidatura que la Consejería de Salud reconozca esa especial naturaleza y se reforme el sistema de guardia. La legislación actual deriva en abusos. De nada sirve obligar a 365 días de guardia al año sin que haya un dispositivo de urgencias asociado, ni a 120 de noches de guardia presencial sin que haya ningún paciente, o casi ninguno, que atender. La farmacia localizada sería una alternativa eficiente para dar servicio sin abocar a los farmacéuticos a la penosidad laboral.

–¿Hacen falta más farmacias en Asturias? ¿Cómo piensa gestionar esta situación?

–Asturias tiene una de las densidades del número de farmacias más altas de Europa, en línea con el resto de España. En general, el acceso de los asturianos a la atención farmacéutica comunitaria está atendido, pero debemos vigilar los casos puntuales de riesgo. Hace más de veinte años que no se produce un concurso de apertura de nuevas farmacias y eso es sintomático.

–¿Piensa que las farmacias, con sus estanterías llenas de cremas y productos dietéticos, está perdiendo su marchamo de establecimiento sanitario?

–La actividad central de las farmacias comunitarias es el medicamento y el consejo profesional para su uso eficaz y seguro. La atención farmacéutica, la actividad asistencial, es nuestra razón de ser. Pueden caber algunas actividades complementarias siempre que no comprometan nuestra naturaleza sanitaria.

–¿Considera necesario incidir en la faceta de agente sanitario del farmacéutico?

–Los farmacéuticos somos agentes sanitarios, indiscutiblemente. Es el corazón de nuestra actividad. Los medicamentos son un producto extraordinariamente sensible para la salud de las personas. La atención farmacéutica se basa en maximizar sus beneficios y minimizar sus riesgos. Es indudable la responsabilidad que asumimos en la prestación de un servicio prioritario para todos los ciudadanos. Aprovecho para destacar la labor que se hace en la distribución de farmacia, la farmacia hospitalaria o la Administración pública. Me constan la misma vocación y compromiso con la salud de los ciudadanos que se demuestra en la oficina de farmacia.

–¿Qué espera que suceda el 29 de mayo?

–Me gustaría invitar a todos los colegiados a que participen en las elecciones. Esta es la manera más directa de propiciar cambios reales, que contribuyan a la mejora de nuestro colectivo y al reconocimiento de nuestra labor al servicio de la salud de los asturianos.

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