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Solo una masiva inmigración paliaría el “irreversible” envejecimiento de Asturias

La actual pirámide de población arroja dudas sobre el futuro económico a medio plazo frente a la de 1960, que invitaba “al optimismo”

Asturias tiene en la actualidad los mismos habitantes que hace sesenta años. Pero la pirámide de población actual nada tiene que ver con las de entonces. Porque si en 1960 era una pirámide “estándar”, con mucha más población joven que mayor, ahora es invertida: hay muchos más mayores de 65 años que menores de 15. El índice de envejecimiento de Asturias es elevadísimo: supera al de todos los países del mundo. ¿Qué dicen los demógrafos y los economistas de esta realidad? Todos coinciden en que es un fenómeno “irreversible”, de imposible solución, que únicamente la inmigración podría paliar levemente. Porque las políticas de fomento de la natalidad, si es que llegaran a funcionar, tardarían decenios en lograr resultados tangibles.

Rafael Puyol, exrector de la Universidad Complutense de Madrid, explica el significado de las pirámides de 1960 y 2021: “Hemos pasado de un modelo de población joven abundante, a otro con una población claramente envejecida”. Reconoce que envejecimiento y longevidad no son “fenómenos neutros”, y por lo tanto plantean “retos y desafíos”, pero se resiste a definirlos como “problema” y prefiere aplicar el término “oportunidad”. Además, una población envejecida significa también “conquista social”, permite a los ciudadanos trabajar “más años que nunca en buenas condiciones de salud”, y posibilita “productos y servicios específicos dedicados a las personas mayores”, que no dejan de ser “nuevas modalidades económicas de gran alcance”.

Puyol admite que en la sociedad existe una “percepción bastante negativa” del envejecimiento y llama a modificar esa visión. Admite que en Asturias el índice de envejecimiento es elevadísimo: el 27 por ciento de la población tiene más de 65 años, y se da un fenómeno de “sobreenvejecimiento”, por el elevado número de personas que superan los 80 años.

¿Cómo se podría corregir esta situación? Puyol solo ve posible “ralentizar” el avance del envejecimiento. Porque únicamente existen dos maneras de “paliar un poquito” la situación: incrementando la natalidad y favoreciendo la inmigración. Pero Asturias no solo tiene la tasa de fecundidad más baja de Europa (menos de 0,9 hijos por mujer), sino también muy poca población extranjera (apenas un 5 por ciento, cuando la media en España se sitúa en el 11 por ciento). El envejecimiento poblacional es, por tanto y en su opinión, un fenómeno “irreversible” y los asturianos tendrán que “convivir con él”.

La llegada de nuevos residentes es la única vía inmediata para atenuar la tendencia, según Rafael Puyol y Fernando Rubiera

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Fernando Rubiera, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo, subraya que la pirámide de población asturiana de 1960 destacaba porque la “sujetaba” mucha población joven, en edad de trabajar o próxima a ella. Llamaba al “optimismo”. La pirámide actual, por el contrario, representa “muy poca población en edad productiva y mucha dependiente”. Esta situación plantea cuestiones como “la sostenibilidad de las pensiones”. Además, desde el punto de vista económico, “la población mayor se caracteriza por ser menos emprendedora que la joven, y por tener menos tendencia al consumo y a la inversión”.

“La única solución inmediata al envejecimiento de la población es la inmigración”, apunta Rubiera, porque aunque se lograra incrementar la natalidad los efectos tardarían decenios en notarse. Otra solución podría ser incrementar la productividad de los jóvenes, “que ahora haga uno lo que antes hacían cuatro, con la ayuda de la cualificación, la tecnología y el capital. Pero la pirámide asturiana es tan invertida que hace falta algo más”. De ahí su insistencia en la inmigración, en “abrir fronteras”. Pone como ejemplo a Estados Unidos, donde quizá el discurso sobre la inmigración no es tan abierto como el europeo, “pero en la práctica siempre han tenido las puertas abiertas. Europa tiene un discurso amable, pero los hechos muestran que es mucho más fácil emigrar a Estados Unidos”, concluye Rubiera.

Cofiño: “El reto demográfico resulta complejo, es mucho más que la situación industrial”


El Gobierno asturiano apunta a la puesta en marcha de la primera ley autonómica sobre el reto demográfico como una de las herramientas “para intensificar los esfuerzos” ante esa asignatura pendiente. El vicepresidente Juan Cofiño invitó ayer al resto de grupos políticos de la Junta General a presentar aportaciones de cara a ese nueva normativa, tras asumir que la pérdida de población es un problema complejo, que concierne no solo a Asturias sino al conjunto de España y a Europa. El coordinador general de IU de Asturias y diputado autonómico, Ovidio Zapico, planteó en el pleno de la Junta la necesidad de “poner los pilares para revertir” el declive demográfico y abogó por la importancia de dar respuesta “mediante una buena política laboral y una buena estrategia industrial”. Zapico pidió que no se compare a Asturias, ante la próxima pérdida del millón de habitantes, con una comunidad más pequeña como Navarra, porque “el gran drama estriba en que no somos una demografía sana”. El diputado de IU relacionó la caída de población con cierres como los de Alcoa, Vesuvius y las térmicas, “que se han traducido en 700 empleos menos”. El vicepresidente Juan Cofiño señaló que “el reto demográfico resulta complejo, va mucho más allá de la situación industrial” y lanzó una reflexión que, a su juicio, no debe pasarse por alto: “Cada vez son más las personas que deciden no tener descendencia”.

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