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El millonario inglés que protege al oso pardo

“Asturias lo tiene todo para ser referencia mundial del turismo rural”, afirma el filántropo Paul Lister, que ve en el plantígrado un motor económico para los valles oseros

Paul Lister, en un hórreo de Pola de Somiedo. | MIKI LÓPEZ

Algo hizo “clic” en la cabeza de Paul Lister cuando su padre, un conocido y exitoso empresario británico que hizo fortuna con la cadena de mueblerías MFI, sufrió un repentino derrame cerebral. Era el año 2000 y aquel duro golpe hizo que este inglés cambiase por completo su perspectiva de vida. Decidió dejar de lado el mundo de los negocios para dedicarse de pleno a su gran pasión, la naturaleza. Desde entonces colabora con diversas iniciativas de recuperación de especies por toda Europa. Es uno de los benefactores de la Fundación Oso Pardo, una especie por la que siente especial atracción. Tanta como por Asturias, región que ya ha visitado “hasta en seis ocasiones” y que, asegura, “tiene un gran potencial”: “Lo tiene todo para ser una referencia mundial del turismo rural”.

Lo primero que hizo Lister –que según medios británicos heredó una fortuna de unos 50 millones de libras (59 millones de euros al cambio)– al dar ese golpe de timón en su vida fue crear The European Nature Trust, una fundación a través de la que financia distintos proyectos por todo el mundo y, especialmente, en Europa.

El más ambicioso es la Alladale Wilderness Reserve, un espacio natural creado en un terreno de 93 kilómetros cuadrados –el doble de superficie que el bosque de Muniellos o que la extensión del concejo de Nava– en las Highlands escocesas que adquirió con la intención de recuperar su flora y fauna. Por el momento, está siendo todo un éxito en el que ya florecen y conviven plantas y animales autóctonos.

Además de la Alladale Wilderness Reserve, Lister colabora activamente con proyectos de recuperación de osos en Rumanía, Italia y España. Fue eso, conocer y tratar de avistar a los plantígrados, lo que le llevó a Asturias por primera vez. “Era 2016 o 2017. Me quedé fascinado. Es impresionante. Mires donde mires las vistas son impresionantes y tienen más biodiversidad por metro cuadrado de lo que he visto en mi vida”, afirma con pasión mientras señala las montañas de Somiedo.

Unos años después de aquel primer viaje, descubrió “Cantábrico, los dominios del oso pardo”, una espectacular película documental de hora y media de duración en la que se muestra la riqueza medioambiental de la Cordillera Cantábrica. “Fue su productor, José María Morales, quien me puso en contacto con la gente de la Fundación Oso Pardo”, relata el filántropo sobre cómo surgió su colaboración con la protección del plantígrado en la región, un proyecto en el que lleva involucrado cuatro años.

Desde entonces, Lister afirma que ha viajado a Asturias en seis ocasiones. La última, esta semana, para acompañar a un grupo de 14 periodistas de medios nacionales e internacionales, entre los que se encontraba LA NUEVA ESPAÑA, en una visita pensada para divulgar la labor de la Fundación Oso Pardo y dar a conocer los niveles de recuperación del plantígrado y su hábitat en la Cordillera Cantábrica. “Lo que quiero es que la gente conozca las cosas buenas que trae cuidar la naturaleza”, explica el británico, quien reconoce haber heredado de su padre, “que era todo un aventurero”, su amor por la naturaleza.

Una de esas cosas de las que habla es la economía que genera el gigante de la fauna cantábrica en las zonas oseras. “Tenemos que cambiar de mentalidad. Apostar por la naturaleza: crea puestos de trabajo y puede hacer que los jóvenes de estos pueblos puedan encontrar una ocupación aquí sin emigrar a grandes ciudades como Madrid o Bilbao”, argumenta Lister, a quien no se le borra la sonrisa mientras pasea por el parque de Muniellos o cuando acecha, prismáticos en mano, la irrupción de algún plantígrado en las montañas somedanas.

El británico está convencido de que el Principado tiene un gran potencial como destino turístico rural. “Asturias ofrece una cultura diferente, hospitalidad, unos paisajes espectaculares, gastronomía, vino, sidra...”, ensalza. Eso sí, también encuentra algunos debes: “Hay potencial para desarrollar más los alojamientos rurales y las campañas de marketing para dar a conocer la región. Un sitio así a una hora y media de Londres... En Inglaterra no hay nada parecido. Hay que darlo a conocer. Es como África”.

Paul Lister anima a la población a pensar en un cambio de mentalidad para poner el foco sobre el cuidado de la naturaleza. “Debemos aprender a convivir con ella. Aunque eso suponga cambiar algunas cosas. Estamos en un momento en el que aquello de ‘hago esto porque lo hacía mi padre o mi abuelo’ no tiene sentido. Antes no había 8 billones de habitantes en el mundo. Debemos encontrar un nuevo sistema”, destaca el filántropo sobre un viraje que propone enfocar hacia todo aquello relacionado con la conservación de la naturaleza.

También a las empresas. Asegura que solo un pequeño porcentaje de las donaciones tiene como fin el cuidado del medio ambiente en el Viejo Continente, algo que anima a cambiar, bien a través de sus propias fundaciones o de la suya propia, que actualmente trabaja en buscar inversores que ayuden a mantener los diversos proyectos en los que trabajan. “Europa está siempre preocupada de decir al resto de naciones lo que tienen que hacer. Pero lo cierto es que aquí se ha destruido el 90% de los ecosistemas”, señala el conservacionista, que hace extensible este llamamiento a los gobiernos. “El medio ambiente no está entre sus prioridades”, lamenta Lister, que resume sus campaña como “un grito por la naturaleza”. Su eco resuena en Asturias.

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