Unos 30.000 asturianos sufren el atasco de las ayudas del bono social térmico

El Principado admite que se trata de una demora "importante" y promete que la compensación, de hasta 375 euros, llegará a los hogares este mes

El bono social térmico no está llegando a los hogares asturianos. La ayuda, que por ley debería haber sido distribuida antes del 31 de marzo, se cobrará a lo largo de este mes de junio, asegura el Principado, que admite que se trata de un retraso "importante" motivado por "cuestiones burocráticas". "Estamos empezando a tramitar el pago y comprobando rigurosamente los números de cuenta y el DNI de las aproximadamente 30.000 personas que optan al bono", exponen fuentes de una Administración que se compromete a que los pagos se efectuarán "de forma colectiva" en las próximas semanas.

El retraso en la valoración y concesión de esta ayuda se suma a otras más en las que la administración del Principado se ha atascado, una circunstancia que también se ha registrado en la tramitación de algunas subvenciones autonómicas.

El bono social térmico es una ayuda destinada a paliar la pobreza energética en los hogares vulnerables. Impulsada por el Ejecutivo de Pedro Sánchez, empezó a funcionar en 2020 –pese a que fue aprobada vía real decreto en 2018–, y se abona en un pago único que este año oscila entre 40 y 375 euros que corresponde abonar a las comunidades y que se realiza en función del grado de vulnerabilidad del beneficiario y de su situación geográfica: cuanto más frío sea su lugar de residencia, más dinero le corresponde.

Al bono social térmico acceden automáticamente quienes hayan percibido el año anterior el bono social eléctrico, un descuento en la factura de la luz que el usuario ha de solicitar a su comercializadora de energía eléctrica.

Una de las asturianas que ha padecido este invierno los efectos de no disponer del bono térmico es Susana Álvarez. Esta avilesina de 51 años percibió el bono eléctrico el pasado ejercicio –ayuda de la que sigue disponiendo puesto que es compatible con cobrar también el bono térmico–, por lo que en este le corresponde recibir el térmico. Álvarez, considerada consumidora vulnerable, lleva en el paro desde 2019, cuando perdió su trabajo como encargada en un supermercado. "Durante el invierno en lugar de poner la calefacción de casa tuve que enchufar un radiador eléctrico. Hay días en los que he llegado a pasar frío", explica.

Álvarez, que ha solicitado también el Ingreso Mínimo Vital ("no sé cuándo me vendrá, cuando lo pedí me dijeron que tuviese paciencia porque estaban todavía gestionando peticiones de mayo y junio del año pasado", relata) dice sentirse "desinformada". "No sabemos dónde acudir para solicitar ayudas –lamenta–. Quizá que sea todo telemático nos vuelve locos y no nos permite entender la documentación que nos piden". Gracias a la ayuda de su padre y a algunos ahorros, Álvarez, que no recibe ningún subsidio, puede hacer frente al pago de la hipoteca de su casa en Avilés "sin ir sobradísima".

María Rodríguez es otra de las asturianas a la que le corresponde percibir el bono térmico, en su caso por una discapacidad. Rechaza llamar para exigir la ayuda porque "para que me digan que va con retraso y que están en ello, paso", asume con resignación.

Cambio normativo

El pasado 16 de marzo se hizo público que el marido de la líder de Más Madrid, Mónica García, percibió 195,82 euros del bono térmico correspondiente a la convocatoria de 2021. La misma cuantía se embolsó el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, provocando la indignación de la propia García. En ambos casos, el ingreso se produjo en concepto de familia numerosa.

A raíz de la polémica surgida cuando se hicieron públicos estos casos, para evitar que "personas sin ética", en palabras de la portavoz del Gobierno de España, Isabel Rodríguez, se beneficien del bono térmico, el Ejecutivo ha anunciado que introducirá criterios de renta también para aquellas familias numerosas que soliciten la prestación.

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