La campaña de apoyo a Otín ante su jubilación desborda todas las previsiones

El texto, que ha logrado más de 3.700 apoyos en tres días, denuncia el "silencio cómplice" ante el "acoso profesional y personal" al científico

Carlos López-Otín, el año pasado.

Carlos López-Otín, el año pasado. / Irma Collín

Pablo Álvarez

Pablo Álvarez

La campaña de apoyos al científico Carlos López-Otín, con motivo de su jubilación en la Universidad de Oviedo, cerró ayer con más de 3.700 firmas en tres días. Las rúbricas llegaron de latitudes muy variadas y de gran diversidad de personas que quieren expresar su respaldo al investigador más relevante de la institución académica asturiana tras la campaña de acoso personal y profesional a la que fue sometido durante años, según los propios impulsores de la recogida. El día 22 de este mes, el científico cumplirá 65 años en París, donde reside y donde seguirá con sus labores.

Los promotores de la campaña de apoyos a Otín son Ángeles Álvarez, exdirectora de la Fundación para el Fomento en Asturias de la Investigación Científica Aplicada y la Tecnología (Ficyt), y el periodista Rafael Sánchez Avello. Se trata, en ambos casos, de personas muy cercanas al científico que ahora se confiesan "desbordadas" por la avalancha de muestras de aliento recibidas en un periodo breve. Enviaron un manifiesto de apoyo a una docena de personas y el texto, al que hizo ayer referencia LA NUEVA ESPAÑA, se divulgó a gran velocidad. Los propios impulsores están sorprendidos.

Entre los firmantes, figuran personalidades como el científico Mariano Barbacid o la periodista Julia Otero. También alumnos y exalumnos del bioquímico, personas a las que ha ayudado en la lucha contra su enfermedad o padres que están agradecidos de que orientase a sus hijos en sus estudios. Piden que la Universidad se pronuncie y resarza a López-Otín "del ostracismo al que se le condenó injustamente". "Eso quizás hubiese evitado que adelantase su jubilación en la Universidad de Oviedo, en la que podía quedarse hasta los 70 años", añade el periodista. López-Otín está, según asegura, "muy dolido", y le ha costado mucho tomar la decisión de jubilarse en Asturias.

En su argumentación, Avello enfatiza que el científico de origen oscense "nos puso en el mapa a nivel científico y ahora Asturias lo pierde". Y se pregunta de manera retórica: "¿Cómo vamos a atraer talento si no somos capaces de retener el que hay?".

En el texto que ha suscitado casi cuatro millares de apoyos, se indica: "Hoy no es la Inquisición quien acaba con quienes se dedican a la ciencia, sino la envidia de los mediocres que nunca accederán al conocimiento (...). Giordano Bruno falleció en la hoguera, pese a los esfuerzos del único defensor que se atrevió a ello, Morosini; pero, sobre todo, por el silencio cómplice y cobarde ante la autoridad de muchos de los colegas de su época aunque, en el fondo, fueran también defensores del heliocentrismo".

El escrito denuncia un "silencio cómplice que también alcanzó a López-Otín en las horas oscuras de su injusto acoso y que hoy, los firmantes y suscribientes de este artículo de desagravio, reconocimiento y reflexión, en la hora de su jubilación, pretendemos compensar, aunque sea de forma escasa".

A juicio de los defensores del catedrático de Biología Molecular, "si su plena dedicación a la ciencia y su altísima cualificación científica no fueran méritos suficientes, no quedan a la zaga, su humanidad, humildad y generosidad. No fue solo una vez, sino varias, las que suspendió o declinó dar una conferencia en una Universidad o prestigiosas instituciones de otros países, porque la fecha coincidía con una charla suya a los alumnos de algún instituto o colegio asturiano".