No termina precisamente bien el año 2010 para Pilar Varela, y eso que tendría que ser un año marcado en el calendario de forma especial como el año del Niemeyer, sin ninguna sombra o borrón que empañe su futuro. Hace unos días, con motivo de los actos de su preinauguración, medios de comunicación de medio mundo se encargaron de divulgar su apoteósica arquitectura, pero también pudieron comprobar el cabreo y malestar de los trabajadores de los planes de empleo manifestándose con su pancarta y su especial charanga musical amargándole el día a la Alcaldesa.

Hemos sido noticia en toda España, además de por el Niemeyer, por ser el primer Ayuntamiento que en este país tramita un despido colectivo para más de un centenar de trabajadores vinculados a los planes de empleo; por ser pionero en poner en marcha un ERE para echar a 113 personas a la calle aplicando la política del derecho al pataleo.

Lo que ha ocurrido con los planes de empleo en el Ayuntamiento de Avilés es un auténtico despropósito que nos va a salir por más de dos millones de euros. De momento tenemos a cerca de 50 trabajadores cobrando el sueldo en su casa sin trabajar. ¡Inaudito! Y mientras, plazas vacantes sin cubrir, servicios mal prestados por falta de personal, privatizaciones, cabreo de los sindicatos por la política de personal y un largo etcétera.

Pilar Varela actúa con torpeza en todo este proceso. No estuvo bien asesorada cuando la animaron a firmar sin que le temblara el pulso el decreto, tramitando el despido y cargándose el futuro de los planes de empleo.

Ésta es su política de empleo. Primero lo destruye con los despidos y segundo no crea empleos nuevos renunciando a aprobar un nuevo plan de empleo. (Tiene dinero para contratar a 45 personas durante un año).

Menudo marrón en el que ha metido al Ayuntamiento por gestionar de forma tan nefasta los planes de empleo, contratando en «fraude de ley» como manifiesta el juez que ha condenado al Ayuntamiento declarando improcedentes los despidos.

Una de las preguntas que nos hacemos es si avala la agrupación local del Partido Socialista esta decisión o la ha tomado personalmente la Alcaldesa.

La segunda pregunta es cómo va a terminar todo esto, que, la verdad, tiene muy mala pinta. Creo sinceramente que no tardaremos en ver a la Alcaldesa sentada ante un juez respondiendo de su mala gestión de los planes de empleo.

Pero no sólo nos preocupamos por la repercusión económica de este problema. La Alcaldesa tiene encima de la mesa, desde primeros de septiembre, la solicitud de Aparcamientos Las Meanas que demanda que el Ayuntamiento asuma abonar las pérdidas acumuladas, hasta la fecha (unos 1,4 millones de euros), y además que rescate la concesión indemnizando a la empresa por los beneficios previstos en lo que queda de concurso, o sea, cuarenta y cinco años.

Asusta pensar que esto termine en los tribunales y que además condenen al Ayuntamiento porque alguien se columpió dando por bueno un plan económico financiero que más bien parece el cuento de la lechera.

Pilar Varela no lo tiene muy claro, ya que la única decisión tomada hasta la fecha fue ampliar el plazo para contestar intentando ganar tiempo y eludir responsabilidades.

Menudo varapalo a las arcas municipales; entre estos dos asuntos suman más de cuatro millones de euros. ¿Para esto pagan sus impuestos los avilesinos? Y si al final hay que rescatar el concurso del aparcamiento de Las Meanas la indemnización va a ser supermillonaria.

Como decía al principio, Pilar Varela termina un mal año. A lo denunciado en este escrito tendría que añadir demasiadas promesas incumplidas, demasiados proyectos que están igual que estaban hace un año: la ronda norte, Buenavista, La Carriona, ninguna vivienda entregada, deterioro del empleo, la perrera municipal, etcétera.

Tampoco podemos olvidar la barrera ferroviaria; las vías están como estaban, y los trenes, con más o menos puntualidad, siguen pasando y, como todas las Navidades, espero que no nos defraude Víctor Morlán, secretario de Estado de Infraestructuras, que como el turrón nos visita por estas fechas aunque se parezca más a la lotería por la ilusión que genera entre los socialistas su visita; pero al final, si es que viene, sólo nos queda la promesa de volver el año que viene por Navidad con alguna fotografía nueva y nada más.

No es de extrañar que Pilar Varela declare el 2010 «annus horribilis.

Termino felicitándoos por estas fiestas y deseándoos de corazón un buen 2011.