Myriam MANCISIDOR

La comarca avilesina cuenta con enclaves de alto valor medioambiental, tesoros en ocasiones desconocidos como la senda fluvial del río Raíces. Este recorrido de aproximadamente cuatro kilómetros de extensión está dividido en tres tramos, de Piedras Blancas a la entrada de Avilés por San Juan siempre sin perder de vista el río Raíces, uno de los cauces más importantes de la comarca que nace en la sierra de la Reigada. La senda discurre entre árboles lineales -bosque de ribera- mayoritariamente autóctonos y destaca, especialmente, la aliseda pantanosa, una de las mejores muestras de este tipo de Asturias. Sólo existen espacios similares en los ríos Esva, Deva y Sella.

«La aliseda es una de las mayores de la región y está muy bien conservada, al igual que el río Raíces por curioso que parezca al estar próximo a tantas fábricas importantes en la comarca», explica el portavoz del Grupo Ornitológico Mavea, César Álvarez Laó, que manifiesta que en la aliseda pantanosa de la Vegona se dan además las condiciones propicias para que críen y vivan sus periodos de emigración distintas aves acuáticas como azulones, gallinetas o el zampullín chico. Concretamente el pasado sábado había en este espacio varias polladas de azulones. «Son aves acostumbradas a la gente que pasea por aquí y que además las alimentan con pan», sentencia Laó, que incide en la importancia de conservar este espacio por su riqueza de flora y fauna. Algunos alisos alcanzan los 20 metros de altura y los sauces alrededor de 15.

La senda fluvial del río Raíces es un proyecto que se gestó en 2006 y que se financió con dinero del gobierno local y de Confederación Hidrográfica, que invirtió, en total, más de cuatro millones de euros en la recuperación de este cauce. Poco tiempo después de realizar esta obra, el Ayuntamiento de Castrillón encargó a Mavea la elaboración de un inventario de árboles en el concejo. El estudio se resume en el hallazgo de 34 árboles de interés -robles, castaños, madroños, laureles, olmos, arces, acebo, tilo y acebuche- y ocho bosques -alisedas, mixtos, castañal, sauceda y madroñal- que destacan sobre los demás por su rareza, antigüedad o tamaño.

«Al concejo de Castrillón, por su situación geográfica y clima, le corresponde un paisaje vegetal dominado por carbayedas y bosque mixto de caducifolias, además de alisedas y saucedas en ríos y lugares encharcados. Sin embargo, el paisaje vegetal de Castrillón está bastante degradado, debido principalmente al monocultivo extenso de eucaliptales, y en menor medida a asentamientos humanos», explican los responsables del grupo ornitológico en el estudio, que ahora esperan que los castrillonenses pongan en valor su patrimonio natural y, en especial, la senda del río Raíces donde hace ya veinte años se avistaron nutrias (sinónimo de la calidad de las aguas) y donde es frecuente observar ardillas, entre otras comunidades de animales.

«Nosotros hicimos un inventario de los árboles, se hicieron rutas pero ahora hace falta dar a conocer estos espacios y conservarlos porque tienen unas condiciones únicas», concluye el portavoz de Mavea.