Marta PÉREZ

Los libros de texto para un alumno de Secundaria o Bachillerato suponen un gasto medio de 350 euros, una cantidad muy elevada, que en tiempos de crisis supone una dificultad añadida para muchas familias. La Asociación de Padres y Madres (AMPA) del Instituto de Educación Secundaria de La Magdalena, sensible con este problema, puso en marcha ya el curso pasado un banco de libros para liberar a las familias del centro de esta pesada carga. El sistema este año se ha desbordado y se han realizado casi cinco veces más préstamos que el año pasado.

En total, el AMPA ha prestado 420 libros de texto de Secundaria y Bachillerato, frente a los 96 que prestaron el curso pasado. Las familias beneficiadas por el sistema este año son 92, mientras que en el curso 2011-2012 fueron 29 familias. «El sistema es muy sencillo», explica Manuel Antonio Miranda, vocal de la AMPA. «Las familias nos traen los libros de texto que sus hijos ya no necesitan y se llevan otros para este curso», comenta. «Y no cobramos nada», aclara. El único requisito que se pide a las familias es que cuiden los libros. A la hora de devolverlos, el AMPA comprueba su estado: si están bien, prestan a la familia libros en buen estado. Si, por el contrario, los libros han sido «maltratados», sitúan a la familia al final de la lista, lo que conlleva prestarles libros en peor estado de conservación. «En general, la gente es responsable y cuidadosa», señalan desde la AMPA.

El sistema del banco de libros lleva una labor paralela de concienciación con el profesorado. «Pedimos a los profesores que no manden a los alumnos subrayar los libros, y que, si es necesario, les digan que lo hagan a lápiz», puntualiza la vicepresidenta del colectivo, Aurora Muñiz. «También les pedimos que, en la medida de lo posible, no cambien los libros de texto», añade Manuel Antonio Miranda.

Los padres de La Magdalena se muestran muy críticos con las editoriales, los cambios constantes de libros de texto, y algún otro detalle. Por ejemplo, Aurora Muñiz explica que con el sistema de la «mochila ligera» -tendencia a dividir los libros en volúmenes para aligerar el peso en la mochila- las editoriales hacen el agosto. «No venden los volúmenes por separado. Si pierdes un libro, tienes que volver a comprar el pack entero», se queja la vicepresidenta de la AMPA. «Una cosa es la mochila ligera, y otra que nos aligeren el bolsillo», añade. Además, alguno de estos tomos es tan «ligero», que ni siquiera merecería la pena separarlo de otro. «Me he molestado en contar las páginas: el último volumen del libro de Biología de 3º de la ESO sólo tiene 32 páginas», argumenta Aurora Muñiz. Además, a los padres de La Magdalena no les ha pasado desapercibido un detalle. Los libros de texto (al menos los de la editorial Santillana) que se utilizan en el centro están impresos en China. «Ellos a ahorrar costes y nosotros a pagar», critican los padres.

El AMPA aún tiene unos 40 libros en depósito, y anima a las familias a seguir participando en esta iniciativa. Donde menos está calando es en 1º y 2º de Bachiller. En este tramo educativo, muchos alumnos se los prestan entre ellos, o bien, como terminan el instituto, se desvinculan del centro.

La iniciativa del banco de libros es el orgullo de la Asociación de Madres y Padres de La Magdalena, pero tienen un puñado de proyectos más para desarrollar durante el curso. Algunos implican continuidad, y otros son novedad. Además, el colectivo renovará su junta directiva el próximo día 18. La que fuera presidenta de la AMPA durante los últimos años, Ángeles Piñera, deja el cargo. El AMPA de La Magdalena agradece su «labor entregada» y su «responsabilidad» en el desempeño del cargo.