Natalio Grueso, exdirector del Centro Niemeyer, presuntamente utilizó fondos del centro cultural para pagar en 2010 gastos de representaciones teatrales en el madrileño Teatro Español, que dos años después dirigió el propio Grueso contratado por el Ayuntamiento de Madrid. Los actuares gestores del Niemeyer han formulado una nueva denuncia contra quien fuera responsable de la entidad, y ya van cuatro: en este caso sospechan que empleó dinero del centro para beneficiar su futura carrera profesional.

La Fundación del centro cultural (que preside la consejería de Cultura) trata de probar documentalmente que Grueso abonó unos 224.000 euros a la compañía teatral norteamericana que dirige Sam Mendes, pero que ese dinero no sirvió solo para costear las representaciones en Avilés del clásico de Shakespeare "The Tempest" que se produjeron en agosto de 2010: parte de esa cantidad (unos 115.000 euros) fue pagada por el Grueso para sufragar las once representaciones programadas por la compañía de Mendes en Madrid.

Esta pesquisa tuvo su origen en la carta recibida en la Fundación del Niemeyer en marzo de 2012 en la que el cónsul de España para asuntos culturales en Nueva York informaba de una reclamación por parte de la "Brooklin Academic of Music". Al desentrañar los contratos firmados con esta entidad, la Fundación del Niemeyer, representada por el abogado Alejandro Riera, comprobó que Grueso había suscrito dos: uno para costear once representaciones de las obras "The Tempest" y "As you like it" en el teatro Español por 115.000 euros, y otro que permitió tres representaciones de "The Tempest" en Avilés por 104.000.

Las cuantías se pagaron de forma fraccionada, siempre cada pago por valor de menos de 90.000 euros, lo que despierta las sospechas de que se hiciese así para evitar el control del patronato, ya que Grueso debía informar de los pagos superiores a esa cantidad.

El pago por las representaciones en Madrid se hizo después de que, presuntamente, la sociedad catalana "Castillo de Elsinor", que actuaba como comisaria de las actuaciones en el Teatro Español, no pudiese hacer frente al dinero que debía abonar a la compañía teatral norteamericana. Por ello, la Fundación denuncia que, presuntamente, Grueso obligó al Niemeyer a pagar costes de producción y representación de obras en el teatro Español y que debían corresponder, en última instancia, al Ayuntamiento de Madrid o al propio teatro.

"No consta que con esa operación se obtuviera beneficio alguno para la Fundación del Niemeyer", señala la denuncia, en la que se indica que en cambio sí pudo beneficiar al propio Grueso, ya que dos años después abandonó la dirección del centro para convertirse en programador de artes escénicas de Madrid, lo que incluía al Teatro Español. Tampoco el encuentro con público que realizó Sam Mendes posteriormente en Avilés justifica ese exceso ya que el Niemeyer volvió a pagar entonces todos los gastos que se derivaron de la visita del director a la ciudad.

La denuncia de los actuales gestores del Niemeyer incluye otras presuntas irregularidades. Una de ellas, que Natalio Grueso se revisaba él mismo su sueldo (pese a que su contrato no lo permitía) sin previo acuerdo del patronato de la Fundación. El cómputo establece que percibió en cuatro años 23.662,38 euros en subidas supuestamente irregulares.

Además, Grueso cobró íntegro su salario en el año de 2007 -incluido el cien por ciento de la paga de verano-, pese a que su contrato sólo se hizo efectivo a finales de enero, por lo que habría tenido que descontar casi un mes de sueldo. Y también la denuncia constata que Grueso transfirió a su entonces esposa, J. P., una cantidad de 4.403 euros en concepto de "Consultoría diciembre", aunque J. P. declaró ante el juez que nunca había percibido dinero de la Fundación.

Esta denuncia se suma a las tres ya presentadas por la Fundación del Niemeyer por presunta falsedad en documento societario, delito societario y delito contra la Hacienda Pública. Por esta investigación se encuentran imputados Natalio Grueso; el exsecretario de la Fundación, José Luis Rebollo; los integrantes del equipo de Grueso Joan Picanyol y Marc Martí; la entonces esposa de Grueso, J. P. P., así como J. M. V., un empleado de la agencia de viajes con la que habitualmente trabajaba el Niemeyer en esa época.

La denuncia del "caso Niemeyer" la interpuso en diciembre de 2012 la actual presidenta de la Fundación, la consejera de Cultura Ana González, quien denunció ante los tribunales presuntas irregularidades por parte del anterior equipo gestor, liderado por Natalio Grueso. La entidad estaba entonces en proceso concursal derivado de una situación de bancarrota.