El de Todos los Santos es un día de devoción por los que se han ido, de rituales floridos y de recuerdos. En el cementerio de La Carriona se repitieron ayer las escenas habituales de cada 1 de noviembre. Pero hubo una ausencia notable. En el púlpito improvisado en la explanada del camposanto municipal no estaba esta vez el párroco Santos Sánchez, que falleció el pasado enero a los 81 años tras sufrir un fatal atropello. La celebración de ayer fue en buena medida en su recuerdo, como se encargó de recalcar en el sermón su sucesor: "Queridos hermanos, quiero tener un recuerdo especial para aquel que tantos años os celebró este día, párroco de La Carriona, que tantos difuntos entregó en este cementerio y rezó por ellos", pronunció Alfonso Abel Vázquez.

El cementerio de La Carriona se presenta desde 2012 como un espacio museístico. A su patrimonio histórico se suman los enterramientos de ilustres avilesinos, que ahora pueden visitar locales y turistas en rutas guiadas. Y entre esas personalidades también se encuentra Santos Sánchez, que llevó las riendas de la parroquia durante medio siglo y al que sus fieles despidieron en un multitudinario y emotivo funeral el pasado 15 de enero. "El Ayuntamiento debería dedicar un lugar en este cementerio a don Santos, que celebra hoy (por ayer) además su onomástica", aseveró Vázquez. Entre los cientos de fieles que ayer abarrotaron La Carriona se encontraba la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, que pudo tomar nota de la propuesta del cura.

El párroco aseveró que "existen dos lugares de sufrimiento especial: el hospital, que es la enfermedad, y el cementerio, que es la muerte" : "Nadie nos libra de ninguno de ellos". Y lamentó que sean tantos los que visitan a sus muertos sólo una vez al año, cada 1 de noviembre. "No nos olvidemos de seguir rezándoles un Padre Nuestro, un Ave María. Que no se apague la llama del corazón como la vela que hemos puesto hoy (...). No debería ser éste el único día para venir aquí", prosiguió.

La misa de Todos los Santos se desarrolló bajo un sol de justicia y con unas temperaturas poco habituales para el otoño asturiano. "Qué calor", repetía más de uno durante la celebración de la Eucaristía. Por los camposantos de toda la comarca se repitieron las escenas de fieles con ramos de flores, de saludos y conversaciones, de encuentros y recuerdos compartidos por los que se han ido y también por quienes acaban de llegar.

Un plan especial de la Policía Local contribuyó a aliviar la congestión de tráfico en el entorno del cementerio municipal de La Carriona, uno de los más concurridos y que tuvo ayer como añadido la apertura del centro comercial. "Vamos ahora a El Corte Inglés", señaló un avilesino a la salida del cementerio. "Esos sí que saben hacer negocio", le respondió otro.