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MARÍA ESTHER GARCÍA | Escritora

"Es importante que los niños disfruten y lean poesía"

"En la literatura infantil hay que bajar al mundo de los sueños y la fantasía; aunque soy mayor, todavía me siento un poco niña"

Esther García posa con sus nietas Deva y Nora Formariz. R. SOLÍS

Esther García (La Degollada, Valdés) es escritora y colaboradora de LA NUEVA ESPAÑA. Acaba de editar su nuevo libro, "Deva, flor de primavera", y se lo ha dedicado a una de sus nietas, que le da nombre a la publicación. El libro de temática infantil incluye veintisiete haikus, que son pequeños poemas de tres líneas de origen japonés.

- ¿Cómo fraguó la idea de que "Deva, flor de primavera" era una obra para su nieta?

-Es muy difícil de explicar lo que suponen unos nietos para los abuelos, porque cuando nacen es una de las sensaciones más hermosas de la vida.

- Ha escrito libros para niños y también para adultos. ¿Resulta complicado cambiar el registro?

-Quizás es algo más complicado bajar el nivel, pero no me resulta difícil puesto que los niños forman parte de mi vida y de mi mundo. Además de ser escritora, he sido maestra y profesora de instituto. En la literatura para niños tienes que ponerte a su altura, es decir, bajar al mundo de sueños y fantasía adecuando el vocabulario. Aunque soy mayor, todavía me siento un poco niña.

- ¿Quizá por eso ha escrito haikus que tienen una estructura más sencilla?

-A mi nieta Deva le gusta hacer haikus y muchas veces jugamos a ello, siempre me ha llamado la atención. Son poemas cortos, pero con un mensaje muy profundo. Estos textos emocionalmente dicen algo, provocan una imagen y sensaciones.

- ¿Qué intenta transmitir con esta obra?

-La obra tiene dos partes diferenciadas. Por un lado, la de más belleza, la parte estética. La otra es más didáctica. Los niños pueden aprender a sentir la naturaleza, observar lo que tenemos alrededor, las hojas de los árboles o los animales... Es importante que los niños aprendan a disfrutar de la poesía y a leerla. Por lo tanto, las dos vertientes están claras en el libro. Llamar la atención en diecisiete sílabas y concebir un instante simple pero muy profundo.

- Con este libro intenta enganchar a la poesía a los más jóvenes. ¿Cree que en los centros escolares se hace lo suficiente para que los pequeños lean este tipo de literatura?

-Sí que se trabaja la poesía en los centros escolares. Es verdad que cuando un profesor siente más por el campo en el que se encuentra puede transmitir más a los alumnos. Lo que se siente se transmite mejor. Sé que se trabaja la poesía, en ningún momento me atrevería a decir que en los colegios no se leen poemas. A pesar de ello, quizás no se lee lo suficiente puesto que hoy en día hay que formarse en literatura, libros y hay que fomentar más la lectura entre los críos.

- ¿Existe una animadversión hacia la poesía entre los jóvenes?

-Es cierto que siempre ha habido cierto reparo a la hora de leer poesía. No voy a decir miedo a ponerte delante de un poema, pero sí se podría llamar reparo. Para los jóvenes no es lo mismo un relato que la poesía. Esta requiere de un esfuerzo mayor de interpretación. Quizás si nos dedicáramos más a ver como la poesía nos da momentos de felicidad, las generaciones estarían más preparadas. Este tipo de literatura te lleva a otro mundo, es un arma cargada de futuro.

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