La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El trasero ya no es público en el Hospital

El San Agustín estrena un modelo de camisón cerrado por la espalda que cubre las nalgas de los pacientes y facilita la labor de los profesionales

Un responsable del Hospital Universitario San Agustín, con el nuevo camisón cerrado por la espalda. MARÍA FUENTES

El trasero ya no es público en el San Agustín. El Hospital Universitario de Avilés acaba de estrenar un modelo de camisón cerrado por la espalda que cubre las nalgas de los pacientes. La dirección del centro ha sustituido las viejas prendas abiertas por detrás por otras que salvaguardan la intimidad del enfermo y, a su vez, son funcionales para los profesionales sanitarios. Cada camisón le ha costado al complejo hospitalario cuatro euros. Por el momento, solo hay veinte prendas en uso a modo de prueba. Pero la gerencia ya ha encargado otras 400 batas, más o menos, el equivalente al número de camas que tiene el centro sanitario avilesino.

La elección del camisón idóneo no ha sido sencilla y la decisión final ha recaído en el personal de enfermería, por ser el que más tiempo pasa con los pacientes hospitalizados y necesita mayor comodidad para, por ejemplo, abrir una vía, tomar la temperatura o la tensión de los enfermos. "Nos ofrecieron tres modelos distintos y el elegido por enfermería ha sido este que tenemos ahora entre manos. A su juicio, es el más cómodo para desarrollar su trabajo y el más correcto para los pacientes", explicó ayer Fernando Mancheno, director económico y de profesionales del Hospital Universitario San Agustín.

El gerente del centro, Enrique González, explicó meses atrás por qué el cambio de camisones: "Queremos mejorar la intimidad del paciente cuando da un paseo con el gotero por los pasillos". Los camisones que se ofrecían hasta el momento en el San Agustín -como en la mayoría de los hospitales españoles- estaban abiertos por la espalda. Si bien facilitaban el trabajo diario de los sanitarios y las intervenciones en caso de emergencia, eran "humillantes" para algunos enfermos. Tanto que se han dado casos de pacientes que para librar el pudor llegaron a pedir dos batas de las antiguas para vestirse una por delante y otra por detrás.

Con los nuevos camisones ya no se debe haber miedo a la vergüenza. Están cerrados a la espalda y se abrochan por la parte de adelante con una especie de corchetes. La bata está preparada también para que se abra en pico a la altura del pecho. Prima en cualquier caso la practicidad. "El paciente ingresado estará más cómodo y los profesionales podrán desarrollar perfectamente bien su trabajo", ahondó Mancheno. ¿Y si hay hurtos de batas ahora que están de estrena? "Lo malo no es que un paciente se lleve el camisón sino que no se devuelva", sentenció el director económico del San Agustín.

Cabe destacar que muchos enfermos ingresados pueden utilizar pijamas o camisones propios, siempre que los ropajes no entorpezcan la labor sanitaria. En el área de maternidad, por ejemplo, los bebés recién nacidos deben utilizar una especie de "bodys" abiertos para facilitar los controles médicos y de enfermería. Solo cuando el bebé es dado de alta puede vestirse con ropa de calle.

Esta iniciativa está enmarcada en el "Plan área tres amigable", con el que se pretende mejorar la comunicación entre los médicos y pacientes y dar un mejor servicio a los usuarios. Este ambicioso proyecto, con varias medidas, incluye también que los pacientes puedan consultar información relativa a su patología en una nueva web del Hospital Universitario San Agustín, actualmente en construcción.

Compartir el artículo

stats