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IÑAKI MALDA | Secretario comarcal de la Unión General de Trabajadores (UGT)

"Belarmino Feito ha iniciado en la patronal una cruzada para revisar todo lo firmado"

"Alcoa se ha convertido en un ejemplo de empresa llorona, siempre está diciendo que se va, y eso le sirve para negociar muchos asuntos"

Iñaki Malda, en su despacho de UGT. MARA VILLAMUZA

Iñaki Malda, secretario comarcal de la Unión General de Trabajo (UGT) de Avilés, está a punto de cumplir cinco años en el cargo. Hace balance de la situación laboral y económica en la comarca.

- ¿Están los sindicatos desaparecidos? Cada vez se les ve menos.

-No estoy de acuerdo. La crisis afectó en todos los aspectos y, entre ellos, hubo un ataque a los sindicatos intentando hacernos culpables de la situación. Ahora, la labor que se está haciendo es la de siempre e incluso más. Derivado de la crisis, han aumentado las consultas a los servicios jurídicos, las peticiones de ayuda, las reclamaciones... porque la precariedad campa a sus anchas.

- ¿No han afectado los casos de Villa o el de los cursos de formación de UGT?

-En Asturias, lo que más daño está haciendo es que esos casos se prolonguen en el tiempo. Si ha habido delito y alguno está implicado, que lo pague. Esa indefinición repercute en la imagen del sindicato. UGT no merece este trato. En el caso Villa, la forma en la que lo ha gestionado el SOMA es ejemplar.

- Cáritas lleva un tiempo alertando de que cada vez atiende a más a trabajadores pobres, ¿ustedes también?

-Sí, y es una barbaridad. Que trabajes, vayas todos los días, estés una horas y, sin embargo, que no te dé para llegar a final de mes. Es terrible. Es uno de los mayores problemas que tenemos ahora. La crisis voló por los aires las reglas del juego o parte de ellas. Hace quince años, yo afeaba a los empresarios que tuvieran trabajadores que cobraran mil euros, hoy en día, mil euros es el salario objetivo de mucha gente.

- ¿Y eso se nota más en trabajos con mayor feminización que en la industria?

-Claro. El tejido industrial de la comarca y de Avilés ha demostrado tener músculo, ha soportado mejor que otros sectores la crisis. Desarrollar esa red industrial para el futuro es lo que te va a garantizar el empleo. En la gran industria están, normalmente, los mejores convenios, los mejores salarios dentro de la media y, por eso, defendemos ese tipo de acuerdos. Ha habido otros sectores que lo han llevado mucho peor, como el pequeño comercio. Entre la proliferación de las grandes superficies y la dificultad de competir con la compra por internet, está desapareciendo. Sólo hay que darse una vuelta por Avilés y mirar la cantidad de locales vacíos, algunos de ellos emblemáticos. Luego curiosamente el precio de los alquileres nunca baja. Si queremos ayudar al emprendedor, se necesita una política de control de los alquileres de los bajos, cuotas de autónomo mejores, permisos y licencias más cortos... Yo fui autónomo y es absolutamente terrible la soledad que se siente cuando todo son facturas, gente pidiéndote que cumplas la normativas. Eso es tristísimo.

- ¿Qué va a pasar cuándo se cierren las baterías de coque, en 2020?

-Para empezar, se generará un coste importantísimo en cuanto a la descontaminación del suelo. Luego, en baterías hay más de 300 familias que viven del trabajo que se genera allí y en las empresas anejas y eso hay que suplirlo. Si bien en Arcelor no va a haber una pérdida de empleo efectivo porque se van a hacer traslados a Gijón, sí va a haber una deslocalización de empleo local, pérdida de puestos. Y esto parece que preocupa menos. Los sindicatos siempre estaremos defendiendo los puestos de trabajo, y lo que esperamos de Arcelor, y así se lo hemos dicho, es que haya una compensación de empleo por otras vías. Por ejemplo, hay una planta que está parada, la línea de pintura, que con la recuperación que ha tenido en los mercados Arcelor, pues igual era el momento de restablecerla.

- ¿Y qué hay que promover que se instale en esos suelos?

-Lo primero que tiene que haber es una reordenación en el PEPA, que según el tipo de explotación que se le va a dar a las naves, estén ubicadas en una parte u otra del polígono. No pinta nada que una empresa de hierros, de calderería o montajes esté al lado de una de papelería. Y tiene que haber más aparcamiento, que debe ser el único parque empresarial del mundo que no tiene.

- Hay mucha preocupación por la tarifa eléctrica, ¿tienen alguna novedad? ¿Cómo cree que se debería solucionar esa situación?

-Es unos de los grandes problemas que tiene España. La subasta actual tiene carencias, es un mal sistema porque la energía cuesta un 27 por ciento más que Alemania y eso es una barbaridad. Creo que el problema hay que atajarlo desde la política. ¿Y qué ocurre? Que los grandes emporios eléctricos tienen mucho poder, tanto que influyen sobre gobiernos, políticas internacionales. Otro tema es que con la globalización, países de fuera están metiendo productos más baratos y hacen la puñeta. En España y Europa, para fabricar algo, tienes que pasar controles medioambientales, condiciones mínimas de trabajo... Lo que no puede es venir una empresa que no respeta absolutamente nada y vender libremente en tu casa. Hay que tener un mecanismo de control. También sobre la energía. Soy de los que cree que el Estado debe actuar como regulador de los precios eléctricos. ¿Cómo? Probablemente con un sector de la energía público potente, no con la idea de competir con la privada, sino para regular los precios.

- Y a Alcoa, ¿cómo se la puede convencer para que no esté constantemente amenazando con que se va?

-Lamentablemente, Alcoa se ha convertido en un ejemplo de empresa llorona, que está constantemente diciendo que se va. Y eso le sirve tanto cuando se va a sentar a la mesa para negociar un convenio laboral como cuando se sienta con un gobierno regional o estatal para pedir ayudas. Y creo que no es viable. Lo que pediría, desde el punto de vista sindical, es rigor y cumplimiento de los acuerdos. Y esto se puede hacer extensible a la patronal Fade.

- Por ahí seguimos. Hace unos meses que firmaron el nuevo acuerdo "Avilés Innova", ¿cómo están ahora las relaciones entre sindicatos, Fade y Ayuntamiento?

-Este es un tema serio. UGT cuando se sienta en la mesa a negociar, lo hace con rigor, y cuando alcanza un acuerdo, nos obligamos a cumplirlo. Porque el clima de diálogo social, que cuesta muchísimo conseguir, está basado en la confianza mutua. Lo que no puedo hacer es sentarme contigo, firmar y cuando salgo, decir abiertamente que no las vas a cumplir. Lo primero, estás perdiendo credibilidad a raudales, y segundo, vas a hacer que no me siente más contigo. Creo que se está frivolizando mucho la firma de los acuerdos a los que se han llegado, tanto en Avilés como a nivel regional.

- ¿Por parte de los empresarios?

-Por la especie de santa cruzada que han emprendido el señor Belarmino Feito, líder de Fade, y los suyos por volver a revisar todo lo firmado anteriormente.

- ¿Qué quieren imponer condiciones más duras?

-La verdad es que Belarmino Feito me sorprende un día sí y otro también; es una verdadera estrella mediática. El otro día leí que ponía en tela de juicio el acuerdo estatal entre la CEOE, CC OO, UGT y CEPYME. Si no lo cumple, nos encontraremos con un otoño muy movido.

- Hasta ahora, en Avilés, ¿los diferentes pactos firmados se han ido cumpliendo?

-Si el Avilés Innova, el Avanza y el Acuerda han funcionado es porque hemos hecho algo atípico, que es sentar en una mesa diversos intereses y hacerlos confluir en asuntos económicos, del empleo, de la formación profesional, del impulso de nuevos emprendedores, de cobertura de personas en riesgos de exclusión social. Ese éxito está basado en la confianza mutua, sino sería papel mojado.

-¿Pasa un poco como con las infraestructuras en esta ciudad, que todo acaba en papel mojado?

-Hay un interés claro, que es el de solucionar las grandes infraestructuras, pero ha habido un aprovechamiento político por parte de algunos ministros que han venido, nos han prometido la luna y nosotros, como queremos que sea cierto, nos lo hemos creído. A veces hemos pecado de incrédulos. Necesitamos sacar el trafico pesado del centro de Avilés, que las vías se soterren... Necesitamos que se hagan. Y para hacerlo tiene que haber un consenso y dejar de utilizarlo como herramienta política.

-Pasemos a hablar del Ayuntamiento. Hace unos años la sección sindical vivió momentos duros, con una escisión, ¿cómo está ahora la situación?

-Somos muy optimistas en ese sentido. Estoy francamente contento y quiero aprovechar para agradecer el trabajo de los compañeros que en un momento delicado tomaron las riendas sabiendo que iba a costar mucho volver a tener a la UGT como un referente de confianza en el Ayuntamiento. Y eso ya es una realidad hoy en día.

- También es miembro del PSOE de Avilés y crítico con la postura de la actual dirección local, que acaba de proclamar candidata a la reelección a la alcaldesa, Mariví Monteserín.

-No es un secreto que yo apoyé a Pedro Sánchez y a Adrián Barbón. No obstante, yo siempre digo que mi compromiso está con la UGT, tengo que cumplir, y así lo hago, el papel institucional en el sindicato. Otra cosa es que, a título personal, milito en el PSOE, del que soy afiliado de base, y al que estoy muy contento de pertenecer. Yo tengo una opinión formada y la agrupación local apostó por otras candidaturas, y ahí hay diferencias. A partir de ese punto, siempre digo que el debate, tanto el sindical como el político, debe quedarse dentro. Hay órganos para discutir todas estas cosas y dar nuestros puntos de vista , como las asambleas, los congresos, los comités... Y luego toca trabajar todos juntos por el partido.

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