El subinspector de la Policía Local de Avilés José Manuel Roldán Castro va a tardar en olvidar su último día en la comisaría de la ciudad a cuya vigilancia ha dedicado 34 años de su vida. Con motivo de su jubilación, los compañeros de turno le dedicaron ayer una sonora ovación en plena calle y le hicieron un paseíllo de honor que el sorprendido agente, presa de los nervios y la emoción sólo pudo corresponder con emocionados gestos apuntado a su corazón, dando así a entender que se lleva el cariño de los compañeros para su casa y que el aprecio es mutuo.

Una veintena de agentes uniformados y dispuesto en dos filas aguardaron en la calle José Cueto, delante de la sede de la Policía Local de Avilés, a que Roldán abandonase la instalación. También aparcaron en baterías los coches patrulla y encendieron las luces para mayor espectacularidad del montaje. Al salir por la puerta, el subinspector recién jubilado se encontró con una salva de aplausos y caras agradecidas por haber sido durante tres décadas "un compañero ejemplar", en palabras de uno de los presentes.

Viandantes que pasaban por la calle, intrigados con lo que ocurría se sumaron espontáneamente al homenaje. El destinatario de los aplausos solo acertó a tocarse el corazón y en un momento dado llegó a hacer un gesto torero, devolviendo el cariño que estaba recibiendo. Luego, uno a uno, dio la mano y dedicó un gesto amistoso a cada policía. José Manuel Roldán Castro entro en la Policía Local de Avilés hace 34 años y accedió al grado de subinspector en 2008.