José María Murias González fue un guaje revoltoso criado en Trabada, un pueblo de apenas trescientos habitantes situado en Villayón, en el occidente asturiano. E igual de inquieto sigue a día de hoy después de muchos años dedicado al sacerdocio, los 22 últimos en Llaranes. Se califica como un "cura conciliar" y por esto mismo recibió ayer el galardón "Emeterio García" con el que Izquierda Unida reconoce el compromiso y trabajo de personas, asociaciones o colectivos avilesinos que dedican su vida al desarrollo de actividades encaminadas a lograr una sociedad más justa. De Murias, IU destacó "su vida de compromiso en favor de los demás y de la construcción de un mundo más justo". El sacerdote lo recogió con agrado: "Es un honor inmenso porque el homenaje lo recibo por la defensa de una sociedad justa, igualitaria y humana. Este es uno de los mayores halagos que puede recibir una persona".

Murias estuvo arropado por más de un centenar de personas en un hotel de La Fruta. No faltaron militantes de IU y Podemos, antiguos homenajeados con el "Emeterio García" como Antonio Cabrera, exlíder vecinal de Jardín de Cantos, militantes de IU y muchos amigos del sacerdote vinculados a Cáritas de Llaranes. Precisamente, Cristina Busto, miembro del grupo "Tercer Mundo", fue la encargada de glosar al párroco de Llaranes. "Es fácil ser oveja teniendo un buen pastor", dijo. Los discursos corrieron, entre otros, a cargo de Juan José Fernández, coordinador general de IU Avilés y Llarina González, portavoz de la agrupación.

El acto de entrega del "Emeterio García" al que también fue consiliario de la Juventud Obrera Cristina hizo tremolar la bandera tricolor que presidió la fiesta.