Miguel Urbán Crespo (Madrid, 1980) es candidato de Unidas Podemos al Europarlamento. Pertenece al ala anticapitalista de la formación que dirige Pablo Iglesias. Participó ayer en un acto de campaña de Cambia Avilés, una candidatura que encabeza Tania González, compañera de Urbán hasta hace nada en Bruselas.
- ¿Es el parlamento europeo el campo de pruebas de las políticas nacionales?
-En el parlamento europeo se condensan una serie de realidades políticas que se ven en Europa. Hay procesos que se ven allí antes que en los estados. A nosotros y Portugal, hasta hace poco, nos consideraban una isla porque no teníamos en nuestros parlamentos una representación de extrema derecha. Podíamos tener parlamentarios de extrema derecha, pero no teníamos un partido así como tal. Eso, por desgracia, se ha roto en las últimas elecciones. Lo que pasa es que eso se había roto en Europa hace veinte años. Nuestro caso, por ejemplo, es al revés: España ha marcado la agenda de las opciones progresistas, opciones que planteaban una salida a la crisis en donde no se excluyera a nadie, opciones que cuestionaran el reparto, no quién tenía acceso a ese reparto.
- ¿El parlamento europeo es un cementerio de elefantes?
-Nunca ha sido un cementerio de elefantes y siempre lo ha sido. Muchas organizaciones políticas lo han visto como un retiro dorado para aquellos que llevaban treinta años en la política, pero de repente, llegan opciones como la nuestra. Nosotros irrumpimos en la política a través del parlamento europeo. No es un cementerio de elefantes, aunque hay muchos esperando su jubilación. El problema no es tanto ese, más bien las competencias que tenemos.
- ¿Son pocas?
-Son muy pocas y no son las que debería tener. Apenas tiene competencias legislativas. En el mejor de los casos, puede colegislar con la Comisión Europea. Casi fiscaliza, a veces ni siquiera con capacidad real, a la Comisión. Hemos visto cómo hemos colisionado: Luis de Guindos suspendió el examen del parlamento y ahí está: vicepresidente del Banco Central.
- ¿Son europeístas?
-Somos un partido profundamente europeísta, pero estamos en contra de la actual Unión Europea.
- Explíquemelo.
-Es muy sencillo: creemos que es necesario, que es fundamental y que no hay otra opción que defender un proyecto europeo de justicia social. Lo que sucede es que actualmente la Unión Europea está disgregando el propio proyecto. Por un sabotaje neoliberal que hace que desde Maastricht solo se hayan aplicado políticas de ajustes que ha hecho que en los últimos veinte años la UE no haya ganado un solo referéndum.
- El de la Constitución, sí.
-Pero solo hubo un 30 por ciento de participación. La Constitución Europea se llevó a referéndum en tres países, pero lo perdió en dos. Hay desafección de la ciudadanía no al proyecto europeo, más bien a las políticas que llegan desde allí. El principal sabotaje la UE es la desigualdad y las políticas austeridad, contra eso nos rebelamos.
- ¿Ya hay paz en Podemos?
-En Podemos siempre ha habido paz, pero también mucho debate que, eso sí, no se ha llevado todo lo bien que deberíamos haberlo hecho.
