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El contrato para la reforma de la depuradora de Maqua suma once candidatos

La obra, presupuestada en 39,4 millones, se encuentra en la fase de licitación y los trabajos tienen una duración de dos años y medio

El gerente de Cadasa, Julio Antonio Pérez, en la zona de desarenado y desengrasado de la depuradora de Maqua. Ricardo Solís

Once aspirantes optan a ejecutar la reconstrucción de la depuradora de Maqua. Una firma y diez uniones temporales de empresas han presentado oferta a la licitación de la obra, presupuestada en 39,4 millones y que tiene un plazo de ejecución estimado de treinta meses. Dados los plazos que maneja la Administración central, el escenario más optimista para el comienzo de la obra de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Maqua se sitúa a finales de 2022 y, su remate, en 2025.

El contrato millonario en ciernes incluye la elaboración del proyecto y la ejecución de las obras para mejorar la estación y para el tratamiento de su agua residual, de muy alto contenido salino. La Dirección General del Agua ha recibido las ofertas de la empresa Técnicas de Desalinización de Aguas (Tedagua) y de las siguientes uniones temporales de empresas: Acciona Construcción y Acciona Agua, FCC Aqualia y FCC Construcción, Ferrovial Construcción y Cadagua, Dragados y Drace Infraestructuras, Vías y Construcciones y GS Inma Environment, Espina Obras Hidráulicas, Ecinsa, Compañía General de Construcciones y Construcciones Murias; Lantania, Construcciones y Promociones Coprosa y Comsa; Obrascon Huarte Lain, Depuración de Aguas del Mediterráneo y Agricultores de la Vega de Valencia; Copasa, Construcciones Alpi y Pesa Medioambiente y Sacyr Construcción, Sacyr Industrial y Ogensa, Obras Generales del Norte.

Los trabajos a ejecutar están agrupados en seis fases, según establece el plan de obra. La primera se centra en los elementos estructurales del tratamiento de pluviales. La ejecución del tratamiento físico-químico y decantación se proyecta al inicio de las obras, ya que hasta su completa construcción y puesta en marcha no se podrán realizar las remodelaciones y conexiones con la planta actual.

En la segunda se instalarán los nuevos elementos principales del tratamiento secundario, unos trabajos que se podrán desarrollar de forma paralela a la primera fase. Están incluidos en ella el nuevo reactor biológico, los nuevos decantadores secundarios y la remodelación de la obra de llegada y del pretratamiento. Esta última parte deberá ejecutarse en temporada seca, es decir, durante los meses de verano y comenzará una vez finalizado el tratamiento de pluviales para que las aguas residuales puedan ser tratadas en el mismo y el vertido cumpla un mínimo de calidad durante las obras.

La cuarta fase comprende la ejecución y remodelación de los elementos del tratamiento de fangos e incluye nuevos elementos a construir (un nuevo digestor anaerobio, para el tratamiento de fangos) y la remodelación de elementos ya existentes (los espesadores y depósitos tampón).

La remodelación de los elementos del tratamiento de homogeneización, la quinta fase del proyecto, supondrá la parada del tratamiento secundario actual de la planta, por lo que su ejecución se llevará a cabo al finalizar la segunda fase de la obra.

El remate consistirá en la conexión entre los elementos nuevos y los existentes, unos trabajos que se definen como críticos por el hecho de que su ejecución dará lugar a la alteración del normal funcionamiento de la planta. Para minimizar su afección, estos trabajos se llevarán a cabo en temporada seca, entre los meses de junio y septiembre.

La reforma de la depuradora de Maqua era una de las cuentas pendientes del Gobierno central con Avilés. Como desveló este periódico en 2017, la instalación incumple una directiva comunitaria sobre el tratamiento de aguas residuales urbanas desde que comenzó a funcionar, en junio de 2004. No solo presenta deficiencias en el tratamiento biológico por la escasa capacidad de la instalación y por la intrusión de agua salina, sino también un avanzado estado de deterioro, principalmente por corrosión.

La actuación incluirá la demolición de la cúpula y el Ministerio trabaja también en un proyecto de restauración del entorno, para el que se estima una inversión de 1,5 millones. La EDAR de Maqua es propiedad del Ministerio que ahora lidera Teresa Ribera y su gestión corresponde al Gobierno del Principado, que se la tiene encomendada a Cadasa.

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